Páginas

viernes, 5 de abril de 2013

PERCEPCION

La noción de percepción deriva del término latino perceptio y describe tanto a la acción como a la consecuencia de percibir  (es decir, de tener la capacidad para recibir mediante los sentidos las imágenes, impresiones o sensaciones externas, o comprender y conocer algo).
Antes de definir este concepto diremos que para conocer el mundo interior o exterior necesitamos realizar un proceso de decodificación de los mensajes que se reciben a través de todo el cuerpo. Se define como percepción al proceso cognoscitivo a través del cual las personas son capaces de comprender su entorno y actuar en consecuencia a los impulsos que reciben; se trata de entender y organización los estímulos generados por el ambiente y darles un sentido. De este modo lo siguiente que hará el individuo será enviar una respuesta en consecuencia.
La percepción puede hacer mención también a un determinado conocimiento, a una idea  o a la sensación interior que surge a raíz de una impresión material derivada de nuestros sentidos.
Para la psicología, la percepción consiste en una función que le posibilita al organismo recibir, procesar e interpretar la información que llega desde el exterior valiéndose de los sentidos.
El término comenzó a captar la atención de los estudiosos durante el siglo XIX. Los primeros modelos que vinculaban la magnitud de un estímulo físico con la del episodio percibido posibilitaron la aparición de la denominada psicofísica.
Los especialistas aseguran que la percepción es el primer procedimiento cognoscitivo, que permite al sujeto capturar la información del medio que lo rodea a través de la energía que llega a los sistemas sensoriales.
Este procedimiento posee carácter inferencial y constructivo. En este contexto, la representación interior de lo que ocurre afuera surge a modo de hipótesis. Los datos que captan los receptores se analizan de modo paulatino, junto a la información que recoge la memoria y que contribuye al procesamiento y a la creación de dicha representación.
Mediante la percepción, la información es interpretada y se logra establecer la idea de un único objeto. Esto significa que es factible experimentar diversas cualidades de una misma cosa y fusionarlas a través de la percepción, para comprender que se trata de un único objeto.
Diferencias entre sensación y percepción
Es importante declarar que percepción no es sinónimo de sensación, y dado que ambos conceptos suelen utilizarse como sinónimos, explicaremos cuáles son sus diferencias.
Una sensación es una experiencia que se vive a partir de un estímulo; es la respuesta clara a un hecho captado a través de los sentidos.
Una percepción, por su parte, es la interpretación de una sensación. Aquello que es captado por los sentidos adquiere un significado y es clasificado en el cerebro. Suele decirse que la sensación es lo que precede a la percepción.
Para ejemplificar esta diferencia decimos que el volumen y la tonalidad de una canción ejecutada por un músico son captadas por el oyente como una sensación, mientras que si somos capaces de reconocer de qué canción se trata o hilvanar similitudes entre esos sonidos y otros escuchados con anterioridad, estamos frente a una percepción. El primero es un proceso intuitivo y automático, mientras que el segundo es más elaborado y racional.
Teoría de Gestalt
Según lo define la teoría de la Gestalt, las personas percibimos el mundo como un todo y no de forma fragmentada; podemos comprobar esto si pensamos que al despertarnos y abrir los ojos podemos ver toda la habitación donde nos encontramos y no simplemente objetos sueltos. A través de nuestra percepción somos capaces de entender de qué está formado ese todo y aislar aquello que nos interesa más en cada momento.
De acuerdo a los estudios realizados en torno a este concepto podemos decir que existen factores biológicos de la percepción, con los cuales nacemos, y otros aprendidos; esto significa que la forma en la que percibimos nuestro entorno se modifica a lo largo de nuestra vida a través de las experiencias. Por ejemplo, cuando éramos niños admirábamos a nuestro padre, pero pasada cierta edad puede que ya no lo hagamos, e incluso que le aborrezcamos, esto significa que de acuerdo a las situaciones por las que hayamos pasado hemos reinterpretado a esa persona y la hemos ubicado en lugares diferentes a lo largo del tiempo.
Es importante aclarar que existe otro tipo de percepción, la extrasensorial, la misma se encuentra relacionada con la forma en la percibimos las cosas donde los sentidos ordinarios no participan. Los especialistas, explican que se tratan de fenómenos de transferencia de energía que no pueden entenderse a través de conceptos biológicos o físicos. Estos fenómenos son: la telepatía (capacidad para leer la mente), precognición (predicción de un hecho que tendrá lugar en el futuro), clarividencia  (capacidad para ver cosas que no se encuentran en el espacio) y psicoquinesis (capacidad para modificar la materia a través de la mente).
En general, los seres humanos solemos adoptar los mismos gestos de pesar o alegría que tiene la persona con la cual nos relacionamos en un momento dado.
Si a esa persona le está pasando algo malo, nos identificamos con su dolor y lo expresamos en la expresión de nuestro rostro, si en cambio está contenta es probable que sonriamos; y las mujeres son las que en mayor medida captan las emociones de los demás.
Así lo demuestran investigaciones realizadas por un equipo de científicos de la Universidad de Leiden y de la Universidad Radboud de Nimega; que evidenciaron que efectivamente las mujeres, cuando durante la prueba podían expresarse libremente, podían distinguir más rápido que los hombres, si los rostros de fotografías que les mostraban reflejaban emociones negativas o positivas. En cambio, si se les impedía gesticular, tanto hombres como mujeres respondían con la misma velocidad.

Los resultado de esta investigación coinciden con el registro de imágenes cerebrales que hacen suponer a los científicos que el cerebro cuenta con un camino alternativo para interpretar las expresiones emotivas; y que las mujeres pueden utilizarlo más que los varones.
En la Universidad de California, en Berkeley, Dacher Keltner, dedicado al estudio de la emotividad, considera importante este experimento porque confirma otras investigaciones que muestran que las mujeres tienen un grado mayor de empatía que los hombres y una mayor capacidad de correspondencia entre sus emociones y las de los demás.
Los científicos se preguntan cómo hace el cerebro para identificar con facilidad a personas o cosas al transformar una imagen plana en otra de tres dimensiones.
Una nueva investigación ha demostrado que existen neuronas que se encuentran conectadas para poder captar imágenes tridimensionales.
En la Universidad Johns Hopkins, un equipo dedicado a este tema, pudo localizar algunas neuronas capaces de distinguir específicas configuraciones tridimensionales, que respaldan la teoría clásica que sostiene que el cerebro tiene la capacidad de captar objetos complejos con partes tridimensionales, en lugar de sólo aprender a reconocerlos, y el poder de operar en dos dimensiones cuando las circunstancias lo obligan a realizar un reconocimiento más veloz.
Según un estudio realizado por investigadores de las Universidades de Princeton y Harvard, pensar rápido mejora el estado anímico, favorece la creatividad y proporciona mayor energía y vigor.
La directora de esta investigación infiere que tareas como por ejemplo, resolver un crucigrama fácil pensando velozmente, puede incrementar la energía y mejorar el humor, siempre que las personas no padezcan trastornos mentales, ya que en estos casos pensar rápido podría tener consecuencias negativas.
En cambio, los pensamientos reiterativos y rápidos, pueden producir ansiedad y llevar a elaborar ideas depresivas.
En cuanto a los pensamientos variados y calmos, llevan a experimentar una feliz y tranquila mansedumbre, como por ejemplo en la meditación.
En la Universidad de Miami, un equipo de investigadores descubró que las personas que han sufrido una ruptura de su relación con otra, tienen una mayor facilidad para discriminar entre sonrisas falsas y auténticas.
La sinceridad de la expresión se refleja como una emoción espontánea, imposible de fingir con fidelidad porque no es consciente y tiene la intención de ayudar, mientras que la manifestación falsa es una actuación controlada por la conciencia y fácil de distinguir.
El funcionamiento del cerebro guarda muchos misterios que aún no han podido ser revelados del todo y su conocimiento podría conducirnos a una realidad digna de ciencia ficción.




Referencias Bibliograficas:
Disponible en linea: http://definicion.de/percepcion/
Disponible en linea:http://psicologia.laguia2000.com/psicologia-cuerpo-mente/el-cerebro-y-la-percepcion

ATENCION


La atención es la capacidad que tiene el ser humano para ser consciente de los sucesos que ocurren tanto fuera con dentro de sí mismo. Esta es la atención total, aunque en psicología atención es sinónimo de concentración.
La atención, comúnmente, es la capacidad para concentrar la actividad psíquica, es decir, el pensamiento, sobre un determinado objeto. Es un aspecto de la percepción mediante el cual el sujeto se coloca en la situación más adecuada para percibir mejor un determinado estímulo. Se distinguen tres tipos de atención:
A) Atención involuntaria. Aquí la atención depende de los estímulos del medio, a los que se les presta atención sin estar predispuesto a ello: el ruido de una bomba, un dolor de muelas o el frío intenso, por ejemplo, acaparan nuestra atención sin quererlo, simplemente por su propia intensidad.
B) Atención voluntaria. Las causas por las que se presta atención a algo no provienen del medio sino del propio sujeto, Es la motivación, y no un estímulo, lo que hace que nuestra atención se centre en algo determinado: una señora que quiera comprarse una nevera se fijará, por ejemplo, en todas las tiendas de electrodomésticos; y alguien que esté pensando en cambiar de coche mirará atentamente todos los que vea por la calle. Con frecuencia, cuando surge algún determinado tipo de conflicto, hay que realizar un esfuerzo para mantener la atención.
Pongamos un ejemplo muy representativo: un estudiante se encuentra fatigado y desea descansar, pero se acerca la fecha del examen y tiene que recurrir a su «fuerza de voluntad» para mantener la atención sobre los libros. Es decir, la atención depende muchas veces del esfuerzo voluntario que se hace para fijarla, obligándose a estar atento, a pesar de las interferencias que puedan surgir del exterior o del propio sujeto.
C) Atención habitual. El origen de esta atención deriva de los hábitos del sujeto, que lo inducen a fijarla según ciertos estímulos: un arquitecto reparará siempre en la urbanización de las ciudades y en la estructura de los edificios, mientras que un médico se fijará en las condiciones sanitarias de un lugar o en el aspecto físico de las personas.
Es una atención prácticamente automática e inconsciente. La persona con una amplia gama de intereses presta, habitualmente, atención a muchas más cosas que alguien que tiene pocos, enriqueciendo sin grandes esfuerzos su experiencia y su grado de conocimientos.
Los determinantes de la atención proceden del individuo y del exterior. La motivación es el determinante personal básico; los intereses, preocupaciones, ocupaciones, deseos, aspiraciones y hábitos hacen que cada persona se fije en ciertas cosas y situaciones. Lógicamente, la madre de un niño paralítico prestará una gran atención a los problemas sanitarios y educativos y a las asociaciones de ayuda a minusválidos, mientras que el dueño de una empresa estará siempre atento a las cuestiones laborales y económicas. Los determinantes externos son los que derivan de los estímulos ambientales y de sus tres cualidades básicas: novedad, intensidad y repetición del estímulo.
Lo que es nuevo, muy intenso o se repite con cierta frecuencia, atrae de forma inmediata la atención de las personas. Los determinantes externos atraen lo que antes hemos llamado atención involuntaria. En esto se basan muchas campañas publicitarias que lanzan mensajes novedosos, intensos o llamativos, repitiéndolos en los medios de comunicación, para atraer la atención del sujeto. En el fondo, esto es más complicado de lo que parece a simple vista, ya que lo novedoso, si se hace repetitivo, deja de serlo y pierde en parte su capacidad de atraer la atención.
La atención es selectiva, el individuo se fija en aquello que le interesa. Por ejemplo, al leer un periódico se miran antes los titulares, decidiendo por éstos si leer o no el artículo completo; al médico le atraerán más los temas sanitarios, al ejecutivo los relacionados con su empresa y al escritor las páginas de cultura. Es tan selectiva que si el sujeto, entre un grupo de cosas, encuentra una que realmente le interesa, las otras prácticamente dejan de tener importancia en ese momento. De la misma forma, la atención puede fijarse en un objeto o situación, pero no en varias al mismo tiempo, ya que entonces se dispersa y distrae. Lo que sí puede es cambiar de una cuestión a otra, según se van alternando los estímulos, variando según la intensidad con que el objeto atrae y el esfuerzo de voluntad que se realiza en cada momento.
Las alteraciones de la atención son: la distracción, que consiste en la concentración del sujeto en su vida interior, con lo que no atiende a estímulos externos; la distraibilidad o labilidad de la atención, que consiste en la fluctuación constante de la atención, que pasa de un objeto a otro sin quedar fija en ninguno; y la fatigabilidad, que se manifiesta por un rápido cansancio de la atención: aunque el sujeto esté muy atento al principio, al poco rato no puede seguir concentrándose.
Estas alteraciones están motivadas tanto por trastornos orgánicos como psicológicos. Cualquier enfermedad, desde una gripe a un cólico nefrítico o un cáncer, merman la capacidad de atención, al igual que ocurre con los trastornos psicológicos. Es típico del enfermo depresivo decir «no tengo memoria», cuando lo que realmente ocurre es que no fija la atención, por estar ésta acaparada por su malestar y su sufrimiento interior.

Cuando prestamos atención a algo concreto, en medio de múltiples estímulos, las neuronas de distintas partes de nuestro cerebro comienzan a activarse al unísono, como si un coro cantase en mitad del ruido, ha revelado una investigación del McGovern Institute for Brain Research del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) en Estados Unidos.

Según explica el MIT en un comunicado, gracias a este estudio ha podido establecerse qué regiones del cerebro sirven como conductoras de este “coro neuronal”, que posibilita que centremos nuestra atención en las cosas. Los resultados de la investigación han aparecido publicados en la revista Science.

Actuación al unísono

Los neurocientíficos del McGovern Institute for Brain Research han descubierto que, en concreto, cuando nos fijamos en algo, las neuronas de la corteza prefrontal del cerebro se encienden al unísono y envían señales a la corteza visual para que ésta haga lo mismo.

De esta manera, se generan en el cerebro ondas de alta frecuencia que oscilan entre estas dos regiones cerebrales, espacialmente separadas entre sí.

Las ondas generadas, que son conocidas como oscilaciones gamma, ya habían sido asociadas con la percepción, la atención, el aprendizaje y la conciencia. Estas ondas se producen cuando los conjuntos de neuronas emiten señales eléctricas a una velocidad aproximada de unas 40 veces por segundo.

Según explica el director de la investigación, Robert Desimone, que actualmente dirige el McGovern Institute for Brain Research, “estamos especialmente interesados en las oscilaciones gamma de la corteza prefrontal porque esta región provoca influencias de ida y vuelta sobre otras partes del cerebro”.

“Sabemos que la corteza prefrontal se ve afectada en personas con esquizofrenia, con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y otros trastornos cerebrales, y que las ondas gamma también se alteran en estas condiciones. Nuestros resultados sugieren que una sincronía neuronal alterada en la corteza prefrontal del cerebro podría interrumpir la comunicación entre esta región y otras áreas cerebrales, produciendo percepciones, pensamientos y emociones alteradas”, señala el científico.

Cantar en la fiesta

Desimone explica lo que supone la sincronía neuronal utilizando la siguiente analogía: una fiesta abarrotada de gente, que se reparte por diversas habitaciones, hablando sin parar en todas ellas.

Si la gente comienza a levantar la voz aleatoriamente, el ruido de la fiesta aumenta. Sin embargo, sin un grupo de personas en una habitación comienza a cantar al unísono, la gente de la habitación contigua tendrá más probabilidades de escucharlas. Si, además, responde cantando como ellos, las dos habitaciones pueden comunicarse. En el estudio aparecido en Science, Desimone buscó patrones de sincronía neuronal en dos “habitaciones” del cerebro relacionadas con la atención: el campo ocular frontal (que se encarga de los movimientos conjugados de los ojos, controla los movimientos oculares voluntarios, y es independiente de estímulos visuales), situado dentro de la corteza prefrontal; y la región V4 de la corteza visual. Esta región V4 se encarga del procesamiento del color, recibe información visual desde otras áreas visuales, y retransmite dicha información visual hacia áreas infotemporales y parietales. 
Sincronización neuronal

Dichos patrones de sincronía neuronal fueron buscados en dos monos macacos previamente entrenados para que mirasen múltiples objetos desplegados en una pantalla, y para que se concentrasen en uno de ellos al recibir una señal.

Los científicos registraron la actividad neuronal del campo ocular frontal (corteza prefrontal) y de la región V4 (corteza visual) de los monos, tanto cuando éstos prestaban atención a determinados objetos como cuando los ignoraban.

Así, descubrieron que cuando los monos atendían al objeto designado, las neuronas de ambas áreas mostraban un fuerte incremento en su actividad. Entonces, como si estuvieran conectadas, las oscilaciones establecidas en cada una de las áreas comenzaban a sincronizarse entre sí.

Desimone y sus colaboradores analizaron el cronometraje de la actividad neuronal y descubrieron que la corteza prefrontal se activaba en primer lugar por la atención, seguida por la corteza visual, como si la primera ordenase a la región visual que atendiese.

El desajuste temporal entre la actividad neuronal en estas áreas durante cada ciclo de ondas (de entre 8 y 13 milisegundos, según Science) reflejó la velocidad a la que las señales viajan de una región a otra, indicando asimismo que ambas regiones del cerebro se comunican la una con la otra.

Comunicación gamma

Desimone sospecha que este patrón de oscilación no es únicamente característico de la atención, sino que podría representar también un mecanismo más general de comunicación entre diversas partes del cerebro.

Los hallazgos realizados en los cerebros de los monos respaldan las especulaciones que señalan que la sincronía gamma permite que extensas regiones del cerebro puedan comunicarse rápidamente unas con otras, lo que tiene importantes implicaciones para la comprensión y el tratamiento de trastornos como la esquizofrenia, la discapacidad visual o el déficit de atención.

Según Desimone, estos resultados ayudarían a “pensar cómo se deben estudiar y tratar dichos trastornos encontrando maneras de restaurar los ritmos gamma en las regiones del cerebro afectadas”. 
 
Referencias Bibliograficas: 
Disponible en linea: http://www.proyectopv.org/2-verdad/atencionpsiq.htm
Disponible en linea: http://www.tendencias21.net/La-atencion-activa-un-coro-de-neuronas-en-nuestro-cerebro_a3324.html

ENVEJECIMIENTO CEREBRAL

El envejecimiento es un proceso deletéreo, progresivo, intrínseco y universal que acontece en todo ser vivo con el tiempo, como expresión de la interacción entre el programa genético del individuo y su medio ambiente. Es difícil precisar el momento en el que un ser vivo comienza el proceso de envejecer. En sentido figurado el envejecimiento comenzaría con el nacimiento (algún fatalista llegó a decir que la vida es una enfermedad que comienza al nacer y se cura al morir).
Bajo el concepto de "edad cronológica" se dice que el proceso de envejecer comienza entre los 60 y 65 años, aunque en muchos individuos se instauran déficits funcionales claros antes de esa edad. Sin embargo, en muchas ocasiones, el declinar vital no se acompaña de un decremento objetivable en las funciones cerebrales, que permanecen intactas hasta la muerte. Por ello es lícito pensar que los diferentes sistemas del organismo no envejecen a la misma velocidad, y que no podemos hablar de envejecimiento cerebral desde un punto de vista meramente cronológico. Es probable que un cerebro viejo sea consecuencia del deterioro de otros sistemas como el cardiovascular o endocrino, más que del propio proceso de envejecimiento cerebral.
A lo largo de la vida, el cerebro sufre una serie de modificaciones estructurales, tanto micro como macroscópicas y bioquímicas, entre las que se encuentran: descenso del peso del cerebro, disminución del volumen cerebral con aumento del tamaño de los surcos y disminución de las circunvoluciones cerebrales, atrofia y muerte neuronal, acúmulo de lipofuscina, degeneración granulovacuolar y neurofibrilar, formación de placas neuríticas y deterioro de circuitos mediados por determinados neurotransmisores. A pesar de estos inequívocos cambios, un cerebro histológica y bioquímicamente viejo puede ser un cerebro funcionalmente joven. Entendiendo por envejecimiento un declinar del ser vivo, desde la perspectiva funcional, un cerebro sano no envejecería nunca.

Numerosas teorías han sido propuestas para explicar los mecanismos biológicos del envejecimiento, pero todas ellas presentan dificultades inherentes a la parcialidad de los fenómenos que proponen. Por el contrario, la mayoría no se excluyen mutuamente y, hasta el presente, no hay evidencia de un único mecanismo responsable de la senectud. Por otro lado, el envejecimiento tiene posiblemente múltiples causas interactivas, que son probablemente diferentes en células de órganos "postmitóticos" (como las neuronas y las células musculares esqueléticas y cardíacas) en comparación con aquellos con tejidos renovables (como la médula ósea, piel y mucosa gastrointestinal). Por ejemplo, el daño debido a radicales libres pudiera ser más adverso en un órgano arregenerativo, como el sistema nervioso, que en otro con una alta tasa de recambio celular, como la médula ósea.
Sin embargo, no podemos considerar al sistema nervioso como un tejido estático que va perdiendo células con el paso de los años. Es obvio que el cerebro sufre un deterioro histoquímico con la edad, pero un cerebro añoso, es decir, de menos peso, con más surcos y menos circunvoluciones, con menos neuronas y más lipofuscina, si no hay ninguna enfermedad intercurrente, debe ser un cerebro funcionalmente sano. Este hecho, a priori paradójico, es debido a una facultad del sistema nervioso, conocida como plasticidad neuronal, que consiste en la posibilidad para generar nuevas dendritas y sinapsis por las neuronas remanentes, manteniendo así la eficiencia de circuitos neurales degenerados, e incluso haciendo posible la suplencia de disfunciones por lesiones concretas por otras áreas cerebrales remotas. Esta virtud del cerebro, que en etapas precoces de la vida puede tener consecuencias espectaculares (v.g. recuperación completa del lenguaje en un niño con una lesión afasiógena), se mantiene, aunque en menor grado, hasta el final.
De las diferentes teorías sobre envejecimiento, aquellas más plausibles son las basadas en el envejecimiento celular, y ello es así por diversas razones: las células que crecen en cultivos envejecen universalmente; tras una serie finita de mitosis dejan de replicarse, aunque posteriormente realizan la mayoría de sus funciones metabólicas y permanecen vivas un año o más tiempo; el número de replicaciones previas a la senectud es directamente proporcional al máximo de supervivencia de la especie; el número de mitosis es inversamente proporcional a la edad del donante; las células de pacientes con síndromes de envejecimiento prematuro (v.g. síndrome de Werner y progeria) presentan baja supervivencia in vitro.
Aunque los mecanismos responsables pueden permanecer ocultos, datos importantes sobre envejecimiento han surgido de los estudios de envejecimiento celular. Por ejemplo, la dificultad de las células viejas para replicarse en presencia de factores de crecimiento se asocia con un fallo de la inducción del gen c-fos y con un bloqueo en la fase G1 tardía del ciclo celular. Tal bloqueo puede ser evitado mediante la fusión de las células seniles con líneas celulares inmortales. Además, el bloqueo está asociado a la secreción de estatina (una proteína de 57 kDa) y la expresión de una, todavía sin caracterizar, proteína localizada en la superficie externa de la membrana plasmática. Cuando esta proteína se añade a las células jóvenes, se bloquea la síntesis de ADN y la replicación en la fase G1 tardía del ciclo celular.
Otro factor implicado en envejecimiento celular es el producto del gen del retinoblastoma, un inhibidor de la proliferación celular, que únicamente se inactiva por fosforilación. El déficit de inducción de quinasas puede ser un hecho generalizado en las células viejas, llevando a alteraciones de la fosforilación tales que la célula sea incapaz de desactivar proteínas celulares que inhiben la proliferación celular. No hay evidencia de que genes importantes que codifican péptidos específicos se inactiven o deleccionen durante el envejecimiento. Más bien, secuencias de ADN no-codificadoras, las cuales pueden ser importantes para la división celular o regulación de procesos de transcripción, podrían estar afectas. Hay alguna evidencia de la influencia del envejecimiento en la transcripción del RNA.
Numerosos mecanismos que han sido implicados en el proceso de envejecimiento no han sido confirmados, como son la teoría del error primario de Orgel (supone que el proceso de envejecimiento es consecuencia de una alteración del código genético por acúmulo de mutaciones en el ADN, con repercusión a nivel del ARNm y de la síntesis de proteínas), la teoría del mensaje redundante de Medvedev (basada en el "gasto" con la edad de genes repetidos) o la teoría de restricción codónica de Strehler (según la cual el envejecimiento sería consecuencia de un proceso activo programado genéticamente). Otros mecanismos, como el daño celular mediado por radicales libres, las alteraciones en la metilación de ADN y el agotamiento telomérico, son objeto de una intensa investigación.
Principio de página
La principal consecuencia de los fenómenos de atrofia neuronal y, en último término, muerte neuronal, son las alteraciones de los neurotransmisores, los circuitos neurales implicados y las funciones cerebrales controladas por ellos. El conocimiento sobre este importante capítulo de la neurofisiología y neuropatología está, sin embargo, en sus comienzos, parte debido a la complejidad del sistema nervioso, y parte a la dificultad e insuficiencia del estudio con seres humanos (bancos de cerebros, estudios funcionales con PET y SPECT) y la necesidad de extrapolar e inferir desde modelos animales que no suelen ser idóneos.
Los sistemas neurotransmisores más afectados durante el envejecimiento son los colinérgicos de proyección cortical, noradrenérgicos de proyección cortical y principalmente el dopaminérgico nigroestriado. La función no se deteriora mientras los procesos de plasticidad cerebral (dendritificación de las neuronas intactas...) son eficientes. Es a partir de cierto momento, en el que la "compliance" de los mecanismos compensadores disminuye o desaparece, cuando se establecen déficits bioquímicos y funcionales.


En la medida en que los avances en el cuidado de la salud y en la medicina preventiva han provocado un aumento de la duración de la vida, se ha ido haciendo evidente que no siempre el envejecimiento es sano, sobre todo en lo que se refiere a la función cerebral. La alteración de dicho proceso en ese órgano afecta obstensiblemente la calidad de vida de la persona. Este fenómeno se relaciona directamente con una pérdida de la capacidad cognitiva siendo la memoria, entonces, uno de los parámetros más útiles de estudiar para entender el proceso de envejecimiento cerebral normal.
El proceso de muerte neuronal, aparentemente compartida entre diferentes regiones cerebrales, ha sido el fenómeno conceptualmente más asociado al envejecimiento neuronal y a la pérdida de la capacidad cognitiva. Ello se fundamentó principalmente en los resultados de estudios de conteo de neuronas en diversas regiones cerebrales, de los cuales ha derivado el concepto de que alcanzar una edad sobre los 90 años involucraría una pérdida de alrededor del 50% de las neuronas.
Sin embargo, al ir mejorando las técnicas de conteo celular se empezó a dar más importancia al estudio de la densidad neuronal en diversas regiones cerebrales. Esto implica conocer el número de neuronas en un volumen dado, fijo, del tejido de una región cerebral. Pero en la actualidad también se ha dado importancia a los estudios estereométricos que permiten medir el número total de neuronas en una región cerebral determinada.
Una de las regiones más estudiadas con los nuevos métodos, en relación con las capacidades cognitivas, ha sido el hipocampo. Curiosamente se ha encontrado que el número total de neuronas principales de esta estructura (células granulares del gyrus dentado y células piramidales de las regiones CA1, CA2, y CA3) no cambian en el hipocampo de las especies más estudiadas (hombre, rata y mono), incluso en aquellos individuos, que además del envejecimiento, muestran un claro déficit de memoria y de aprendizaje. Lo mismo se ha encontrado en regiones corticales que no parecen mostrar cambios, relacionados con la edad, del número de sus neuronas: zonas dorso-laterales de la corteza prefrontal y algunas áreas visuales.
Sin embargo, se ha encontrado que sistemas subcorticales específicos, si muestran disminución relacionada con la edad del número de sus neuronas. Entre ellos están las neuronas colinérgicas de la región basal del cerebro anterior cuyo número se reduce, en pequeño monto, con el envejecimiento normal. Pero en enfermos de Alzheimer, este grupo de neuronas muestran claros índices de degeneración. Las neuronas de este tipo más afectadas durante el envejecimiento normal, son las que proyectan al hipocampo, a la amígdala y a la neocorteza. Pero hay que considerar que, probablemente, también otros tipos de neuronas sufran cambios en su número durante el envejecimiento.
Igualmente se ha encontrado, especialmente en neuronas del hipocampo, que parámetros electrofisiológicos de las neuronas presentan modificaciones atribuibles a influencias de la edad. Así, la respuesta eléctrica de la LTP decae más rápidamente en los individuos viejos, cambio que se puede asociar con la mayor rapidez de olvido que muestran los ancianos, medible experimentalmente a través de la evaluación de su memoria espacial, ya que la performance a cumplir frente a tests que la evaluan, depende de la integridad del hipocampo.

Al examinar los circuitos neuronales del hipocampo en monos viejos, con técnicas que permiten un enfoque ultraestructural, se han encontrado cambios en la densidad de subtipo de receptores a glutamato. Los sujetos más viejos muestran una reducción del número de receptores a NMDA, específicamente en la capa molecular del hipocampo. 

Referencias Bibliograficas:

EL HAMBRE

El término hambre puede tener dos acepciones principales: en primer lugar, se utiliza para hacer referencia a la sensación que se experimenta luego de un determinado período desde el último consumo de alimento, variando esto con cada persona, con el tipo de alimentación que se lleve, con las condiciones específicas de la situación y con otros elementos.
En segundo lugar, la palabra hambre se usa en un sentido social y mucho más abarcativo en relación a la condición de extrema pobreza, miseria y desnutrición que sufre gran parte de la población mundial a causa de la falta de alimento.
Hambre
La sensación de hambre o de ausencia de alimento en el organismo es una de las sensaciones más básicas no sólo del ser humano si no de cualquier ser vivo. En este sentido, saciar ese vacío provocado por la falta de alimentos es lo que permite continuar de manera normal con nuestra existencia, considerándose a la alimentación una de las necesidades más primarias y vitales. Normalmente, se sostiene que el hambre suele aparecer de manera importante luego de cuatro horas desde la última comida, profundizándose esta sensación con el paso de las horas y con el mantenimiento de la falta de alimento. Sin embargo, ante situaciones no del todo comunes, la sensación ausencia de alimento y de hambre pueden aprender a tolerarse por períodos de tiempo más extendidos (aunque no eliminados).
Sentir hambre es principalmente el resultado de la acción que ciertas glándulas y sus sustancias (como el hipotálamo) provocan en nuestro cerebro. De tal modo, se envían señales al órgano cerebral que ponen en evidencia la necesidad de consumo de alimentos ante el deterioro (mayor o menor) de ciertas condiciones de ‘normalidad’.
Sin duda alguna, el hambre como concepto social y como pandemia, es hoy en día una de las problemáticas más graves de nuestro planeta. De acuerdo a los estudios realizados por las instituciones responsables en la materia (como la ONU), la desnutrición y el hambre son una de las principales causas de muerte en el mundo, situación que afecta a miles de millones de personas, como también a extensas regiones del planeta. Se evidencia así la desigualdad en el acceso a los alimentos, a los medios productivos y a la nutrición apropiada de acuerdo a las necesidades específicas de cada tipo de individuo. 
La sensación de hambre
El apetito es el deseo de ingerir alimentos y esta regulado por diferentes estructuras situadas en el cerebro. Estas estructuras o partes forman lo que se denomina centro del apetito, y sus componentes son el centro del hambre y el centro de la saciedad.
La sensación de hambre viene dada por la necesidad del ser humano de cubrir sus requerimientos energéticos. Cuando el centro del hambre se estimula, aparece la sensación de apetito, pero si por el contrario el estimulo llega al centro de la saciedad, el deseo de comer se detiene.

Quién controla las sensaciones?

El nivel de azúcar en sangre o glucemia, es el encargado de enviar esos estímulos y así regular la ingestión de alimentos, por lo tanto el bajo nivel de azúcar en nuestro organismo nos induce a comer. Un ejemplo de esto es la sensación de hambre previa al desayuno.
Es importante señalar que el estomago también es un regulador del apetito, dado que cuando permanece por un largo periodo sin recibir alimentos se contrae. Cuando el estomago se contrae, el deseo de comer se intensifica, mientras que cuando hay alimentos en su interior, la señal llega al centro de saciedad y así, dejamos de comer.
Toda la regulación del apetito se produce en el cerebro, y los diferentes estímulos sensoriales generan un impulso nervioso, que actúan sobre el centro del hambre apareciendo o eliminando el deseo de comer.
Pero puede ocurrir que ciertas lesiones cerebrales en los núcleos del hipotálamo, afecten al centro de la saciedad, y así se descontrola todo el mecanismo, la persona afectada presenta por ejemplo un apetito insaciable de carácter patológico, y por el contrario los estímulos psicológicos que actúan inhibiendo el centro del hambre hacen que la persona caiga en una anorexia nerviosa.

Otros factores que afectan la saciedad brunch bacon huevos jamon

El apetito también se ve influenciado por el clima, ya que en ambientes fríos aumenta el deseo de comer. Esto se debe a que mediante esa ingestión aumentada de comida, tomamos calorías que nos permitirán mantener la temperatura corporal.
Otro recurso que repetidamente se utiliza para reducir el apetito es el tabaco, que demás está decir que es sumamente perjudicial para la salud, dados todos sus efectos nocivos.
Señalemos un caso específico como la diabetes, la sangre presenta un elevado nivel de glucemia, pero ese azúcar no puede entrar en la célula, por acción de la insulina, entonces el centro de saciedad no recibe la información para detener la ingesta de alimentos. Es por ese mecanismo que los enfermos diabéticos presentan abundante apetito, pero cuando la diabetes esta controlada esa sensación de hambre desaparece.

Acostumbramiento a comer otra cantidad

Decíamos antes que el estomago regula el apetito cuando se encuentra vacío generando una contracción y en consecuencia sensación de hambre, ese malestar se mantiene durante varios días, pero pasado ese tiempo las molestias desaparecen, y no se tiene sensación de hambre.
Esta falta de hambre se produce porque nuestro organismo ha comenzado a consumir o utilizar sus reservas de azúcar, y cuando las agota, comienza a degradar las reservas grasas (lipólisis). Como producto de la degradación de las grasas se produce una sustancia llamada cetona la cual suprime el apetito. Es así que la sensación de hambre desparece y se puede sobrevivir cierto tiempo sin ingerir alimentos.
En muchas situaciones las personas toman medicamentos para poder regular el apetito. A estos fármacos se los denomina anorexigenos y ejercen su acción directamente sobre el centro de la saciedad, inhibiendo el apetito. Pero a la vez que desaparece el deseo de comer, provocan varios efectos secundarios puesto que estimulan al sistema nervioso central, aumentando la tensión arterial y la frecuencia cardiaca, incluso generando vómitos, nauseas, insomnio, etc.
Debido a las serias consecuencias de estos fármacos, una persona jamás debe automedicarse para conseguir un cambio en el peso corporal. Todo medicamento debe ser prescriptos por un médico.

La mejor forma para regular el apetito

La mejor y única forma eficiente de regular el apetito es respetar una dieta equilibrada y balanceada fraccionada en 5 tomas diarias: desayuno, a media mañana una colacion, comida, merienda y cena. De esta forma se regulará correcta y eficientemente el deseo de comer, ayudará a evitar el picoteo de alimentos (snacks) entre horas o la ingesta excesiva en una sola ración, quienes tienen como consecuencia un inevitable sobrepeso u obesidad.




Referencias Bibliograficas:

DOLOR

Dolor es un término que procede del latín y que señala una sensación molesta, aflictiva y por lo general desagradable en el cuerpo o el espíritu. Puede tratarse, por lo tanto, de una experiencia sensorial y objetiva (el dolor físico) o emocional y subjetiva (el dolor anímico).
DolorTodos los seres vivos que cuentan con un sistema nervioso pueden sentir dolor ya sea por una causa interior o exterior. La función del dolor es alertar al sistema nervioso sobre una situación que podría generar una lesión.
Al experimentar dolor, un organismo desencadena diversos mecanismos para limitar los daños, como los reflejos (reacciones rápidas que se generan a nivel de la médula espinal) o el alerta general (estrés).

La primera etapa del dolor físico es la nocicepción. Esta fase bioquímica implica la reacción de terminales nerviosas (los nociceptores) que se encuentran en la piel, los músculos, los órganos y los vasos sanguíneos, por ejemplo.
El dolor puede caracterizarse de diversas formas según su localización (dolor abdominal, dolor de cabeza), tipo (punzante, lacerante), intensidad (leve, fuerte), etc. El dolor agudo es aquel que dura poco tiempo (como el producido por un golpe), mientras que el dolor crónico se extiende en el tiempo (el dolor oncológico).
El dolor emocional, en cambio, no requiere de una causa física (aunque ambos dolores pueden estar relacionados, como una persona que se deprime porque, debido a un dolor crónico de cadera, no puede practicar deportes). El sentimiento de congoja o pena puede aparecer por problemas familiares, peleas, frustraciones y por cualquier tipo de trastorno de psicológico.

Tipos de dolor

En función de la duración

Agudo: Es el que aparece inmediatamente después de producirse la lesión y desaparece al desaparecer el efecto que produce la lesión en nuestro organismo como pueden ser el daño de los tejidos o la inflamación resultante.

Crónico: Es el dolor que dura más de 6 meses

Aunque a veces un dolor crónico puede solaparse con ciclos de dolor agudo.

En función de la naturaleza u origen del dolor:

Inflamatorio: Es un dolor que suele mejorar con la actividad y empeorar con el reposo y se intensifica por la noche.
Mecánico: Este empeora con la actividad y mejora con el reposo. Es típico de la artrosis.
Neuropatico: Es debido a la lesión de un nervio, y la sensación de dolor se suele sentir en el recorrido del nervio, además se suele acompañar de hormigueos y entumecimiento.

En la mayoría de los casos esta distinción resulta difícil de realizar ya que rara vez un dolor es puramente mecánico o puramente inflamatorio; la mayoría de las veces el dolor en el aparato locomotor surge de la combinación de varios de estos componentes.

En función de la localización:

Superficial El dolor se nota en la piel o justo por debajo, y suele aparecer cuando las estructuras afectadas están muy cerca de la piel que las cubre.

Profundo: El dolor se nota en planos más profundos como en el hueso o en ciertos músculos y articulaciones.

Referido: Es una variedad de dolor profundo, en el que el dolor se trasmite atraves de las estructuras profundas a puntos alejados del lugar de origen. La artrosis de cadera puede producir dolor en el muslo y rodilla

Irradiado El dolor se siente a lo largo de todo el recorrido de un nervio o raíz nerviosa. Como puede ser la ciática que se produce por una hernia discal En este caso también, el dolor puede aparecer por la combinación de estos componentes.

En función de la forma en que aparece:

Persistente o continuo Es un dolor que está siempre presente aunque pueda intensificarse o atenuarse a lo largo del tiempo.
Cíclico Existen periodos de dolor seguidos de periodos libres de dolor, esto puede variar a lo largo del día o de las estaciones.

Como hemos podido ver el dolor puede tener muchas formas y además la mayoría de las veces estas no están claramente definidas sino que aparecen combinadas. Además cada persona dependiendo de su propio temperamento y estado de ánimo tendrá diferentes maneras de percibir el dolor. 

Referencias Bibliograficas:
Disponible en linea:http://definicion.de/dolor/
Disponible en linea:http://www.cirugiaarticular.com/dolor-tipos/

CONDUCTA AGRESIVA

AGRESIVIDAD

De raíces claramente latinas es el origen etimológico del término agresividad que ahora nos ocupa. En concreto podemos establecer que está conformado por cuatro vocablos en latín: el prefijo ad- que es sinónimo de “hacia”, el verbo gradior que puede traducirse como “andar o ir”, -ito que equivale a “relación activa” y finalmente el sufijo –dad que significa “cualidad”.
La agresividad es una tendencia a actuar o a responder de forma violenta. El término se encuentra relacionado con el concepto de acometividad, que es la propensión a acometer, atacar y embestir. También se utiliza la palabra para referirse al brío, la pujanza y la decisión para emprender algo y enfrentarse sus dificultades.
La agresividad es un concepto que tiene su origen en la biología, una ciencia que lo ha vinculado al instinto sexual y al sentido de territorialidad. De todas formas, la psicología también se ha encargado del asunto.

Agresividad

Podría decirse que la agresividad es un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con intensidad variable, desde las expresiones verbales y gestuales hasta la agresión física. El lenguaje cotidiano asocia la agresividad con la falta de respeto, la ofensa o la provocación.
En concreto a nivel general podemos establecer que existen cuatro tipos claramente delimitados de agresividad. La primera de ellas es la llamada verbal que es la que tiene como principal seña de identidad el hecho de que se basa en que un individuo en cuestión realiza insultos a otra persona.
En segundo lugar nos encontramos con la facial que es la que manifiesta a través de gestos que se realiza con la cara. La tercera es la agresividad física que se traduce en lo que son patadas, arañazos y todo tipo de golpes tanto a personas como a elementos que se encuentre en su alrededor.
Y finalmente está la cuarta, la llamada agresividad indirecta que es la que se produce sobre objetos de la persona que se encuentra afectada.
Existen dos tipos de agresividad: la activa y la pasiva. La agresividad activa se ejecuta a través de una conducta violenta y directa; la agresividad pasiva, en cambio, se ejercita mediante una forma de sabotaje.
Los especialistas también hablan de la agresividad secuencial, que aparece cuando una persona primero se comporta en forma tranquila y parece renunciar a sus derechos, pero después muestra un comportamiento agresivo cuando advierte que no consigue resultados.
Es importante destacar que la agresividad puede originarse por factores internos o externos a la persona. Por ejemplo, la adicción a las drogas es una causa de agresividad. Los cambios emocionales (incluyendo la neurosis y la depresión) también aparecen como generadores de comportamientos agresivos.
En los últimos años ha experimentado un importante crecimiento de la agresividad en la población juvenil. Tanto es así que un relevante sector de los jóvenes maltrata a sus padres y muestra violencia en las aulas tanto con sus profesores como con compañeros. La falta de comunicación, los cambios hacia la madurez, el contacto con drogas o las malas compañías son algunas de las causas que originan la misma.

LA PERSONA AGRESIVA


La persona agresiva es la que intimida verbalmente que tan sólo se preocupa de satisfacer sus necesidades y que frecuentemente hiere a los demás.

Este tipo de persona disfruta del poder y cree que puede hacer que la gente corra para cumplir sus órdenes, pero ese goce no suele durarles mucho. Puede que no lo admita nunca, pero en el fondo sabe que se está aprovechando de quienes son más débiles o están en una posición en la que nada pueden hacer; por ejemplo, un jefe que es agresivo con un empleado nuevo y que no puede replicar porque se arriesga a perder su trabajo.

Convencida de que es la única que puede tener razón en cualquier situación y que lo único que importa son sus necesidades, la persona agresiva re cuerda a los demás continuamente lo inteligente, fuerte o importante que es. De igual modo que la intimidación física suele ocultar una naturaleza cobarde, este tipo de alarde a menudo enmascara sentimientos de inferioridad o de inseguridad. Además de convencer a otros de su superioridad, también intenta por todos los medios convencerse a sí misma.

Con frecuencia, descubrirá que la persona agresiva es una persona solitaria. Su conducta tiende a alejar a los demás, tanto en los negocios como en la vida privada. Puesto que siempre ha de estar reafirmándose a sí misma y demostrando a quienes le rodean que es la mejor, la más inteligente y la más interesan te, es tremendamente crítica con quienes tiene a su alcance.

Pensar que todo lo que va mal es culpa de otro es una gran forma de potenciar su ego, pero no la hace muy popular. Aunque pueda sentir una gran necesidad de tener amigos, lo más probable es que no lo admita: a los amigos se les ha de tratar como a iguales y es difícil que reconozca que alguien más me rece ese trato.

Este tipo de personas suelen tener mucha energía y vitalidad. Si pudieran aprender a utilizarla de un modo positivo todo iría bien. Por desgracia, suelen hacer uso de ella de forma destructiva. Algunas personas confunden la agresividad con la fuerza y creen que si dan muestras de algún otro tipo de conducta les tomarán por blandengues o que darán la impresión de no saber lo que quieren.

Cuando la agresión alcanza límites extremos se con vierte en violencia (agresión física). Aquí nos dedicaremos sólo a la agresión verbal, que es la más común.

La persona agresiva no sólo no se gusta a sí misma, sino que produce un efecto negativo en aquellos que la rodean. El hecho de saber que les están tratando injustamente, puede hacer que se sientan furiosos o frustrados, cosa que supone una considerable dosis de estrés y tensión para la víctima del agresor.

Aunque los que están en la línea de fuego sepan muy bien que las acusaciones y comentarios de su agresor son injustos y que están fuera de lugar, no podrán evitar sentirse heridos e incluso humillados por ello. A nadie le gusta parecer estúpido o que le corrijan delante de otros y, claro está, esto es lo que hace la persona agresiva. Su sentido del poder aumenta si hay mucha gente viendo cómo ejercer su autoridad y no a otro ser «inferior».

Puesto que pensar en un acontecimiento suele provocar más estrés que el hecho en sí, quienes han de relacionarse con una persona agresiva puede que tengan la sensación de vivir siempre a la espera de que estalle en cualquier momento. En el mejor de los casos, esto puede provocarles ansiedad o inhibición; en el peor, puede conducir a un exceso de estrés que a su vez puede desembocar en una enfermedad psíquica o física, Por supuesto, al agresor le gusta que todos estén esperando a que caiga el próximo chaparrón. Eso da más poder y autoridad.

Teniendo todo esto en cuenta no es de extrañar que todo aquel que pueda se aleje de dicha persona a la menor posibilidad. Esto aumenta su sentimiento de soledad y de ser «diferente» o «especial», y provoca que actúe con mayor agresividad. Es un círculo vicioso.

Cualquiera que se relacione habitualmente con un agresor no tendrá dificultades en reconocer a este tipo de persona a simple vista; no obstante, hay algunas «pistas» en su lenguaje corporal y verbal que le harán delatarse inmediatamente, incluso ante un extraño.
 

Lenguaje verbal: la persona agresiva dirá cosas como...

. Mejor que...

. No puedes hacer nada...

. Has de.

. Haz lo que te he dicho.

. Quiero que...

. ¡Empieza ya!


Lenguaje corporal

. Está de pie quieto.

. Tiene una postura rígida.

. Cruza los brazos.

. Grita.

. Señala con el dedo

. Toca clavando un dedo.

. Golpea su mesa de despacho.
El término agresividad hace referencia a patrones de actividad que pueden manifestarse desde la pelea física hasta los gestos o expansiones verbales que aparecen en el curso de cualquier negociación. Sus diferentes patrones están orientados a conseguir distintos propósitos.
La conducta agresiva es una manifestación básica en la actividad de los seres vivos. Su presencia en la totalidad del reino animal y los resultados de las investigaciones sobre la misma le dan el carácter de fenómeno "multidimensional " (Huntington y Turner, 1987) , (Mos y Oliver, 1988) .
En la persona concreta puede manifestarse en cada uno de los niveles que integran al individuo: puramente físico, emocional, cognitivo y social. Su carácter es polimorfo.
Se puede presentar en:


  1. el nivel físico, como lucha con manifestaciones corporales explícitas.

  2. nivel emocional, como rabia o cólera, manifestándose a través de la expresión facial y los gestos o el cambio del tono y volumen en el lenguaje.

  3. nivel cognitivo puede estar presente como fantasías destructivas, elaboración de planes agresivos o ideas de persecución propia o ajena.

  4. El nivel social es el marco en el cual, de una manera o de otra, toma forma concreta la agresividad.

    Definiciones: la palabra procede del latín, en el cual es sinónimo de acometivididad. Implica provocación y ataque.
    Como adjetivo, y en sentido vulgar, hace referencia a quien es "propenso a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás".
    En el marco jurídico se puede entender como un "acto contrario al derecho de otro". El término agresor se aplica a la "persona que da motivo a una querella o riña, injuriando, desafiando o provocando a otra de cualquier manera".
    Como conducta social puede formar parte de las relaciones de poder/sumisión, tanto en las situaciones diadicas (de a dos) como en los grupos.
    En el mundo anglosajón, el término agresividad se ha "debilitado", habiendo perdido su contenido de hostilidad y significa más bien asertividad, espíritu emprendedor. Su uso ordinario en esta lengua hace referencia a la reducción de los derechos de otro, forzándole a ceder algo que posee o que podría conseguir, utilizando para ello un acto físico o la amenaza de realizarlo.
    En su sentido más estricto, puede entenderse como "conducta dirigida a causar lesión física a otra persona". La intención de causar daño puede manifestarse de distintas maneras, unas más implícitas y ritualizadas (enseñar las uñas, gruñir, . . .), otras más explícitas (como golpear, arañar, . . .).
    La agresividad se implica con otras conductas de autoprotección. Amenaza, ataque, sumisión y/o huída, se presentan muy asociadas en la naturaleza.
    El término violencia se refiere a un tipo de agresividad que está fuera o más allá de "lo natural" en el sentido adaptativo, carácterizada por su ímpetu e intensidad.
    Para Weisinger (1988), en la raíz de la conducta agresiva está la ira. La define como "una sensación de disgusto debida a un agravio, malos tratos u oposición. Y que normalmente se evidencia en un deseo de combatir la posible causa de ese sentimiento".
    Considerando la existencia de cuatro emociones básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia, esta última sería la más próxima a la ira. Cuando se manifiestan en sentido pleno, la rabia es una emoción incompatible sincrónicamente con la tristeza, del mismo modo que lo son entre sí el miedo y la alegría. A diferencia de la tristeza y el miedo, la rabia y la alegría tienen un carácter expansivo CALIFICACIÓN CONDUCTUAL
    El grito, el golpe, la manifestación agresiva completa está vinculada fisiológicamente a la parte expiatoria de la respiración. Lo que es una contracción corporal se vive como una expansión en el espacio personal. Las manifestaciones de la alegría, como la carcajada o el canto, se manifiestan asimismo en esta dirección, desbloqueadora, liberadora.
    La agresividad puede manifestarse con carácter puntual y reactivo a frente a situaciones concretas, de manera más o menos adaptada. Se habla de personalidad antisocial cuando este patrón de conducta tiene una manifestación preferente a lo largo de la vida.
    La agresividad se entiende en general como dirigida hacia afuera, hacia el otro. Sin embargo, la persona al agredir puede, directa o indirectamente, hacerse daño a sí misma. Puede también inhibir la agresión o dirigirla a sí misma a través de la conducta suicida o masoquista. El primer tipo mayoritario cuantitativamente representaría formas "heteroagresivas"; el segundo lo constituirían las formas "autoagresivas".
    Desde un punto de vista psicológico concreto resultan de especial utilidad los autorregistros. Ellos permiten que el sujeto adopte una posición más cerebral y objetiva, más distanciada frente a sus propias reacciones impulsivas y sentimientos de frustración y rabia o ira. Un modelo completo de trabajo ha sido descrito por Weisinger en su libro "Técnicas para el control del comportamiento agresivo" (Ed. Martínez Roca, 1988). Así, una aplicación práctica sería la siguiente:

1.- Indique un hecho que todavía le provoque ira y anote cómo lo evalúa. Escriba luego una evaluación alternativa, quizá reflejando el punto de vista de la otra persona (si hay otra persona implicada). Piense en su evaluación alternativa y observe el efecto que ejerce sobre su ira.
Incidente causante de la ira:
Cómo lo evalúa:
Evaluación alternativa:
2.- Indique los trastornos somáticos de los que ahora tiene conciencia cuando es presa de la ira, y empiece a usarlos como una señal de que debe poner en práctica lo que está aprendiendo. Aspire hondo cuando note estos trastornos:
3.- Indique las acciones que emprende cuando está enfadado y compruebe cuales de ellas son conductas propias de la ira:
4.- Indique dos cosas que puede hacer cuando está airado en lugar de su conducta colérica:

SISTEMÁTICA DIFERENCIAL
Para Wilson (1980), la agresión constituye una mezcla de diferentes patrones de conducta que están al servicio de distintas funciones, por ello establece la siguiente clasificación:
a) Agresión territorial. Suele iniciarse mostrando señales frente al intruso. De no tener éxito las mismas se puede producir una escalada física. El atacante o el que ha perdido la lucha puede presentar conductas de sumisión que le permitan abandonar el lugar sin daño ulterior. Se trata de una actividad "horizontal" o de desplazamiento (por ejemplo: la vinculada al control de la propia casa).
b) Agresión por dominancia. Tiene que ver con el establecimiento de niveles de poder. Aunque puede ser parecida en su forma a la anterior, su meta es establecer una jerarquía de prioridades y beneficios. Se trata de una actividad "vertical" en un territorio compartido (por ejemplo: la relacionada con el control de una posición en un escalafón).
c) Agresión sexual. Presenta una amplia gama de conductas.
d) Agresión parental disciplinaria. Es la utilizada por los progenitores para enseñar conductas y establecer límites a los menores. Suele ser adaptativa en el mundo animal. Entre los seres humanos resulta de dificil objetivación y estudio.
e) Agresión protectora maternal. Orientada a la defensa del recién nacido. Más elevada en los mamíferos al comienzo de la lactancia. (Valzelli, 1983).
f) Agresión moralista. Las formas avanzadas de altruismo recíproco pueden dar lugar a situaciones de sutil hostilidad, o de abierto fanatismo.
g) Agresión predatoria. Vinculada a la obtención de objetos. La agresión antipredatoria está constituida por maniobras defensivas que pueden escalar hasta constituir un ataque para el predador (el robo y las conductas reactivas al mismo son un ejemplo de este tipo).
h) Agresión irritativa. Inducida por el dolor o también por estímulos psicológicamente aversivos; por ejemplo, un animal herido o una persona enferma pueden reaccionar con sentimientos de rabia o conductas agresivas frente a situaciones que de ordinario no suscitarían esa respuesta en alguien sano. (Valzelli, 1983; Scott, 1958).

SUSTRATO FISIOLOGICO
1 Supuestos genéticos.
La mayor parte de la población carcelaria está constituida por varones (5:1)
En las mujeres es más frecuente la depresión y autoagresividad, y en el varón, conductas psicopáticas y heteroagresividad.
- Conducta agresiva y trisomía XYY: La presencia de un cromosoma Y extra en la dotación genética, incrementa las posibilidades de desarrollar conductas agresivas.
La presencia de sujetos con estas carácterísticas entre la población carcelaria y los internos crónicos de los hospitales psiquiátricos, aunque es escasa, es significativamente superior a la que existe entre la población no internada. Por así decirlo, el cromosoma Y parece proporcionar un elevado potencial agresivo.
- Conducta agresiva y trisomía XXY (Síndrome de Klinefelter): Estos varones presentan una conducta inhibida, astenia, pasividad, tendencia al aislamiento, a replegarse sobre sí mismos. Su libido es débil. Sin embargo, su comportamiento antisocial es frecuente, llegando a presentarse en un 30% de esta población (Peigne y Mazet, 1974).

2 Supuestos cerebrales.
La actividad cerebral humana es capaz de integrar niveles de agresividad de complejidad creciente Sus manifestaciones pueden darse de forma concreta, simbólica o abstracta.
El cerebro reptiliano -cerebro básico- parece vinculado a pautas básicas de conducta, como las relativas a la alimentación, caza, emparejamiento, competición, imitación, dominancia y agresión. Todas ellas tienen que ver, de una manera o de otra, con el uso del territorio. Este cerebro responde desde el presente a situaciones que se van planteando. No proporciona gran independencia del medio y no capacita para el aprendizaje complejo (conducta amoral ó no sujeta a reglas, vivida en el puro presente, como la inducida por la serpiente en el jardín del edén.
Las llamadas conductas viscerales, impulsivas o primitivas en los seres humanos ponen de manifiesto singularmente estos tipos de actividad cognitiva básica: la imitación es muy importante para la supervivencia, por lo que se interpreta como peligroso lo "no igual" (la indumentaria, tanto a nivel macrosocial como microsocial -tribus urbanas-, puede inhibir o provocar agresiones.
El "segundo cerebro"- límbico- proporciona soporte biológico a la vida afectiva. La estructura fundamental que regula su actividad es el hipocampo. La unidad funcional clave está constituida por el sistema hipocampo-amígdala. Esta última se comporta como un sistema fundamental en las situaciones de lucha, permitiendo presentar respuestas más complejas.
Las experiencias pioneras de Rodríguez Delgado pusieron de manifiesto la posibilidad de inhibir o incrementar la agresividad por medio de estimulación del sistema límbico del animal.
Los llamados núcleos septales aparecen vinculados a la recompensa y las estructuras grises periacueductales al castigo. La presencia de estos centros en las ratas de laboratorio las hace útiles para estudios sobre aprendizaje (la ausencia de estos centros en las serpientes hace que no hallan suscitado el interés entre los investigadores de la psicología).
La actividad del sistema límbico permite el aprendizaje, la capacidad de incorporar a la actividad presente las experiencias del pasado. Hace posible pautas de respuesta más variadas y complejas.
El "tercer cerebro" -neocórtex- permite, entre otras cosas, la capacidad de anticipación. Por así decirlo, el usuario puede incorporar a su presente no solo el pasado sino también, de alguna manera, el futuro. La capacidad de anticipar escenarios para la lucha es facilitada por este sistema.
La información que recibe del mundo físico y social no es directa. Le llega a través del "cerebro límbico" y del "cerebro reptiliano", que a su vez son modulados desde el "neocórtex".
La distinción en la agresión entre lo que se siente y lo que se sabe, tendría que ver con la activación del sistema límbico en el primer caso, y de la corteza cerebral en el segundo.

3 Supuestos neuroendocrinos.
El sistema endocrino entre los mamíferos pone de manifiesto la existencia de tres niveles de control:
A) El primero tiene que ver con el estado de preparación para la acción (andrógenos, estrógenos y hormona luteinizante).
La agresividad está vinculada con el estado de preparación para el combate.
El andrógeno más potente es la testosterona. Su ámbito de acción es más amplio que el de la mera manifestación agresiva. Sin embargo en la naturaleza, su incremento en periodos específicos del año se acompaña de incremento en la agresividad sexual. Desde antiguo son conocidos los efectos de la castración en la inhibición de la agresividad.
Los estrógenos, además de en los ovarios, pueden producirse en otros lugares, como las suprarrenales, los testículos o la placenta. Los estrógenos pueden producir efectos contradictorios sobre la conducta agresiva. Habitualmente se considera que puede ayudar a las hembras a mantener su estatus y a defender a la prole.
Cuando los niveles de progesterona son altos, la agresividad tiende a suprimirse.
De cualquier manera, la actividad de estas hormonas es variable según las especies.
B) El segundo está relacionado con la respuesta rápida al estrés y en él participan las catecolaminas (epinefrina y norepinefrina).
Sostienen la actividad fisiológica en las conductas de lucha y huida, presentes en situaciones que requieren inmediated de respuesta.
Durante este periodo juega un papel fundamental la actividad del sistema nervioso simpático. Durante el mismo son carácterísticos la subida de la tensión arterial, taquicardia, incremento del tono muscular, erección del pelo, cambios respiratorios, etc. Por su parte, el trazado electroencefalográfico mostrará actividad cortical rápida con carácter general.
C) El tercero está vinculado a la capacidad de una respuesta sostenida ante el estrés (corticoides adrenales).
Estabilizan la fisiología corporal sometida a estrés mantenido.

4 Papel de los neurotransmisores.
Los neurotransmisores tienen un papel mediador en el soporte de la actividad agresiva. Entre ellos se destaca la importancia que juega el metabolismo de la serotonina, las catecolaminas, la acetilcolina y del ácido gama-aminobutírico (Gaba).
Su participación en la regulación de la agresión no es independiente sino que debe entenderse como formando parte de la actividad global del sistema nervioso central y de estructuras más específicas del sistema 1ímbico.

A la serotonina se le atribuye la modulación de un amplio grupo de conductas normales y patológicas. Su metabolismo en el Sistema Nervioso Central aparece muy vinculado con la afectividad en general y con la agresividad en particular (Valzelli, 1988). Así mismo, ha sido objeto de numerosos estudios por sus relaciones con los llamados ritmos biológicos (sueño, circadianos, estacionales, etc.), presentando fluctuaciones selectivas en relación con los mismos.
La actividad de este neurotransmisor suele equilibrarse con modificaciones en otros, como la dopamina o la acetilcolina.
Las catecolaminas, singularmente norepinefrina y dopamina, se relacionaron especialmente con la agresión de tipo irritativo y en menor medida con las formas competitiva, defensiva y territorial.

INTERPRETACION PSICOSOCIAL DE LA AGRESIVIDAD
1 - De la versión analítica a la etológico- social.
Desde la perspectiva psicoanalítica, la agresividad es definida como "una tendencia que se actualiza en conductas, dirigidas a dañar a otro, a destruirlo, a contrariarlo, a humillarlo, etc." (Laplanche y Pontalis, "Diccionario del Psicoanálisis, Barcelona, 1974) .
Adler destacó en 1908, la existencia de una "pulsión agresiva" no sólo en la génesis de los trastornos psicológicos sino como algo que forma parte de la vida cotidiana.
Freud vinculó la "resistencia al tratamiento" con la agresividad. Así mismo, la "ambivalencia" entre sus clientes la interpretó como coexistencia de lucha y afecto. La agresividad era parcialmente puesta al servicio de la "pulsión sexual". En sus últimos escritos se refirió a la agresividad como una de las formas de la actividad desorganizadora y fragmentadora. Por el contrario, las pulsiones eróticas estarían orientadas a la creación y al mantenimiento. Las relaciones entre lo erótico y lo agresivo serían análogas a las existentes entre los procesos de fusión-defusión.
La agresividad como tendencia inconsciente y primitiva con la que se nace, sería modulada e interiorizada socialmente a lo largo de la vida pero singularmente en la infancia. Ruther Giller resume la gran cantidad de aportes y estudios al respecto en los siguientes postulados clave:
1. La importancia de las relaciones familiares y de la crianza en los primeros años.
2. La función central de factores inconscientes intrapsíquicos.
3. La conducta antisocial es el resultado de un desarrollo defectuoso de la personalidad.
4. Algunos casos de delincuencia son el resultado de la manifestación en la conducta de conflictos intrapsíquicos ("acting-out").
5. Las manifestaciones agresivas pueden tener un carácter simbólico (Ruther y Giller, 1988) .

La agresividad puede ser también entendida desde la perspectiva de la etología. El estudio sistemático de la conducta animal ha permitido integrar mejor los conocimientos sobre la actividad cerebral, singularmente entre los mamíferos.
Desde el punto de vista biológico cierta cantidad de agresividad tiene un carácter adaptativo bajo determinadas circunstancias, como la escasez de alimentos o situaciones periódicas de altas densidades de población (Wilson).
El conflicto territorial sería la clave para entender conductas como la alimentación, el apareamiento o la caza. La agresividad es entendida como una actividad natural y "expansiva", asociada con distinta intensidad, según los casos, a las anteriores.
Conductas que en la clínica humana estarían presentes en forma de euforia, confrontación, expansión del yo y actividades seductivas, típicamente diagnosticadas de "cuadros maníacos", llegan a formar parte de lo natural en la perspectiva etológica. Ello en la medida en que sirven a determinados propósitos biológicos como la obtención de territorio y la reproducción.
Los estados depresivos caracterizados por la incapacidad para la lucha, son puestos en relación con pérdidas de territorio o de capacidad para ejercer poder en el mismo.
La estacionalidad con que se dan entre los mamíferos conductas viculadas al territorio y a la activación sexual y que entre los seres humanos presentan los trastornos afectivos profundos, sugiere desde esta perspectiva que los fundamentos biológicos de ambas puedan ser parcialmente similares.
Desde un punto de vista preventivo, la propuesta etológica se podría sintetizar en la siguiente forma:
"Si queremos reducir nuestra propia conducta agresiva y bajar nuestros niveles de catecolaminas y corticosteroides a límites en los que nos podamos sentir más felices, deberíamos diseñar nuestra densidad de población y nuestros sistemas sociales de una manera tal que la agresión sea inapropiada en cualquier actividad cotidiana pensable y por tanto menos adaptativa" (Wilson).

PSICOPATOLOGIA DE LA AGRESIVIDAD.
Variantes de manifestación clínica de la conducta agresiva patológica
Son numerosos los problemas psicopatológicos que pueden presentar asociada la conducta agresiva. Las formas más graves suelen presentar varios de estos trastornos (por ejemplo, alcohol y epilepsia). Las formas concretas en que se expresa la agresión manifiestan las características particulares de simpleza o elaboración, de exageración o incoherencia, según los casos y su contexto.
a) Retraso mental.
b) Trastornos mentales de base orgánica:
- Demencias.
- Trastornos postraumáticos.
- Algunos trastornos epilépticos.
- Otros asociados a problemas no primariamente cerebrales (por ejemplo: el dolor crónico).
c) Estados de intoxicación por sustancias psicoactivas:
- Alcohol.
- Psicoestimulantes.
- Nuevas sustancias alertizantes.
- Desinhibición de la agresividad por psicofármacos antidepresivos y ansiolíticos.
- Mezclas de sustancias (por ejemplo alcohol y ansiolíticos inductores del sueño).
d) Trastornos del control de los impulsos.
e) Trastornos de personalidad de tipo antisocial.
f) Trastornos afectivos:
- Estados maníacos con rabia intensa.
- Suicidios depresivos en los que se puede actuar contra la vida de seres queridos que están subordinados al paciente.
g) En los trastornos del tipo de la esquizofrenia, aunque infrecuente e incoherente.
CONTROL QUÍMICO Y PSICOTERAPÉUTICO
El control de la agresividad puede enfocarse desde los siguientes modelos de intervención:
Biomédico, Conductista/Cognitivista, Humanista, Psicoanalítico y Sociales.

a) Neurolépticos.
b) Ansiolíticos.
c) Hipotensores. La agresión, en cuanto lucha, requiere un predominio del sistema nervioso simpático. La tensión muscular y vascular está incrementada durante la misma. Algunas sustancias como la reserpina han sido investigadas para producir depresión experimentalmente. Una de las características de la depresión es el inadecuado uso de la agresividad que, o no se manifiesta o se dirige de una manera o de otra contra uno mismo.
d) El litio. Utilizado con bastante éxito en la prevención de las fases maníacas de los trastornos afectivos ha sido también usado como agresolítico. Su efecto, sin embargo, no se produce de manera inmediata, como en el caso de la mayor parte de las sustancias antes mencionadas, sino por acumulación tras un periodo de uso.
e) Cafeína y alertizantes. Paradójicamente, la cafeína y algunos alertizantes son capaces de facilitar la normalización de la conducta, singularmente en menores.
f) Opio, heroína, metadona. En condiciones experimentales y naturales reducen la agresividad. El síndrome de abstinencia en un contexto sociocultural restrictivo facilita el efecto contrario.
g) Entre las nuevas sustancias de síntesis, el MDMA (3, 4Methylendioxy-methamphetamine) presenta efectos agresolíticos y mejora la empatía. La vía de administración es oral y la cantidad es de 100-150 mg. El efecto aparece a partir de los 30 o 60 minutos. El periodo activo dura 2 o 3 horas. A las 6 horas se vuelve a la línea de base. Contraindicado en glaucoma, hipertensión, insuficiencia hepática o renal, diabetes e hipoglucemia .

Trabajo psicoterapéutico.
Existen numerosas técnicas terapeúticas cuya eficacia dependerá de lo adecuadas que sean al caso concreto, y de la calidad emocional de la relación terapeútica. Entre ellas pueden destacarse el entrenamiento en Habilidades Sociales, las técnicas de Relajación y Visualización, el Psicodrama, la Bioenergética. Otras actividades corporales como el deporte en grupo o las artes marciales pueden facilitar una conducta más consciente y social.
Peleas en las relaciones de pareja:
- A corto plazo, salir de ellas con calma. Concentrarse en la respiración. Elaborar los pensamientos en privado. Usar el humor. Salir de casa y realizar alguna actividad (por ejemplo correr). O sentarse relajadamente sin incrementar el mal humor. Restringir el área de lo discutible al presente evitando no incluir problemas pasados. Recuperada la calma, sentarse y hablar tranquilamente. Las relaciones físicas pueden tener su momento cuando está resuelta la situación pero no deben de ser un sustituto para la resolución del problema.
- A largo plazo, cuestionar las propias actitudes. No echar automáticamente la culpa a uno mismo o a la pareja. Hablar del asunto en conflicto durante los tiempos de calma, no cuando existe rabia. Permitirse dar la razón en lo que sea posile. Cultivar la asertividad sin agresividad gratuita o innecesaria (Kirsta, 1988).
Técnicas Cognitivas como la Relajación y la Visualización dirigida pueden utilizarse preventivamente en el entrenamiento.
La agresividad como fenómeno social requiere para su inicio " contacto" visual, verbal, antes de que se produzca una escalada simétrica de naturaleza generalmente táctil. Entre las propuestas originales para la inhibición de la respuesta agresiva es destacable la sugerida por L.A. Housley con los siguientes pasos:
Meta: Utilizar situaciones estresantes y movilizadoras de agresividad de un modo positivo (por ejemplo: tonificar una parte del cuerpo).
Preparación: Considerar la agresión como algo no dirigido primaria o exclusivamente a uno mismo, sino como revelador del estado presente de la persona que agrede.
Preparación: Seleccionar una parte del cuerpo para trasladar a ella la atención de una manera concreta (por ejemplo: realizando sobre ella contracciones y relajaciones isométricas).
Durante el encuentro: Aplicar las consideraciones previas en el momento en que fuera preciso. Mantener la conversación de modo impersonal y superficial hasta que se termina.
El control deliberado y consciente de la agresividad pretende ser una de las metas principales de las llamadas artes marciales (karate, taekwondo, capoeira, etc.). La agresividad se convierte en un reto para el conocimiento de uno mismo dentro de un contexto específicamente regulado. Se busca tomar conciencia corporal, emocional y cognitiva de la agresividad por medio de actividades practicadas en un medio social jerarquizado que tiene normas específicas. Incluye, por ejemplo, el trabajo con el grito, la integración muscular y las secuencias respiratorias.


Referencias Bibliograficas:
Disponible en linea:http://definicion.de/agresividad/ 
Disponible en linea:http://agresividad-adolfo.blogspot.com/ 
Disponible en linea:http://www.youtube.com/watch?v=UGO2rE_b0lk