¿Qué es el estrés?
El estrés es una sensación que creamos al reaccionar a ciertos
eventos. Es la manera en la que el cuerpo se enfrenta a un reto y se
prepara para actuar ante una situación difícil con enfoque, fortaleza,
vigor y agudeza mental.
Los eventos que provocan el estrés cubren una variedad de situaciones
- desde verse en peligro físico hasta hacer una presentación en clase o
tomar un semestre con la asignatura más difícil.
El cuerpo humano responde a estas situaciones activando el sistema
nervioso y ciertas hormonas. El hipotálamo envía señales a las glándulas adrenales
para que produzcan más adrenalina y cortisol y envíen estas hormonas al
torrente circulatorio. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca,
la frecuencia respiratoria, la presión arterial y el metabolismo. Los
vasos sanguíneos se ensanchan para permitir una mayor circulación
sanguínea hacia los músculos, poniéndolos en alerta. Las pupilas se
dilatan para mejorar la visión. El hígado libera parte de la glucosa
almacenada para aumentar la energía del cuerpo. Y el cuerpo produce
sudor para refrescarse. Todos estos cambios físicos preparan a la
persona para reaccionar rápidamente y eficazmente cuando siente tensión
emocional.
Esta reacción se conoce como respuesta al estrés.
Cuando funciona como es debido, esta reacción es la mejor forma para que
la persona funcione bajo presión. Pero la respuesta al estrés también
puede causar problemas cuando es extrema.
El estrés bueno y el malo
La respuesta al estrés (respuesta de combate o fuga)
es crítica en situaciones de emergencia, como cuando un conductor tiene
que frenar el auto repentinamente para evitar un accidente. También se
activa en una forma más sencilla cuando la persona está tensa, aunque no
corra peligro - como cuando tu batazo puede ganar el juego; cuando te
preparas para una fiesta o cuando estás haciendo un examen final. Un
poco de estrés de este tipo puede ayudarte a mantenerte atento, listo
para hacerle frente a cualquier reto. Y el sistema nervioso vuelve a su
normalidad, listo para responder de nuevo cuando sea necesario.
Pero el estrés no es siempre una reacción a cosas inmediatas o
momentáneas. Eventos progresivos o a largo plazo, como un divorcio o el
traslado a un nuevo vecindario o escuela, también pueden causar estrés.
Las situaciones a largo plazo pueden producir un estrés de poca
intensidad, pero perdurable, ocasionando dificultades a la persona. El
sistema nervioso siente una tensión continua y se mantiene relativamente
activo a fin de continuar liberando hormonas adicionales durante un
período de tiempo prolongado. Esto puede agotar las reservas del cuerpo,
haciendo que la persona se sienta agotada o abrumada, debilitando el
sistema inmunológico del cuerpo y ocasionando otros problemas.
¿Qué causa una sobrecarga de estrés?
Aunque una suficiente cantidad de estrés puede ser buena, una
sobrecarga es algo aparte - nadie se beneficia por demasiado estrés. Por
ejemplo, tener un poco de estrés porque tienes un examen puede
motivarte a estudiar más. Pero cuando el examen te causa mucho estrés,
te concentras menos en la materia que necesitas aprender.
Las presiones que son extremadamente intensas, que perduran por mucho
tiempo, o los problemas que hay que afrontar sin ayuda, pueden
ocasionar una sobrecarga de estrés. A continuación mencionamos varias
situaciones que pueden ser agobiantes si continúan por largo tiempo:
- ser víctima de intimidación o estar expuesto a violencia o lesions físicas
- relaciones tensas, conflictos familiares, la tristeza ocasionada por un corazón quebrantado, o el fallecimiento de un ser querido
- problemas contínuos en la escuela ocasionados por un problema de aprendizaje o cualquier otro problema como (ADHD) - trastorno de falta de atención por hiperactividad, el cual deja de causar estrés una vez que se reconoce y se trata con el apoyo adecuado.
- estar siempre apurado, no tener tiempo para descansar y relajarse, y estar siempre en movimiento
Algunas veces el estrés es extremo y necesita atención especial. El
trastorno de estrés post-traumático es una reacción muy fuerte que puede
producirse en personas que han pasado por una situación extremadamente
traumática, como un accidente automovilístico grave, un desastre natural
como un terremoto, o una agresión como la violación sexual.
Algunas personas tienen problemas de ansiedad que causan reacciones
extremas de estrés, convirtiendo pequeñas dificultades en crisis
mayores. Si una persona se siente tensa, enojada o preocupada o tensa
con frecuencia, es posible que sufra de ansiedad. Los problemas de
ansiedad generalmente necesitan atención, y muchas personas buscan la
ayuda de un consejero profesional para superarlos.
Señales de sobrecarga de estrés
Las personas que están pasando por una sobrecarga de estrés muestran algunos de los siguientes síntomas:
- ansiedad o ataques de pánico
- constante presión, confusion y apresuramiento
- irritabilidad y melancolía
- síntomas físicos: problemas estomacales, dolores de cabeza y dolores de pecho
- reacciones alérgicas: eczema y asma
- problemas del sueño
- beber en exceso, comer en exceso, fumar o usar drogas
- tristeza o depresión
Todas las personas sienten el estrés de una manera diferente. Algunas
personas se enfadan, comportándose de manera poco apropiada y
desquitándose con los demás. Otras personas lo esconden y comienzan a
padecer de problemas alimentarios o abuso de sustancias ilegales. Las
personas que padecen de una enfermedad crónica también notan que los
síntomas de su enfermedad se acrecentan cuando tienen una sobrecarga de
estrés.
Los distintos tipos de estrés
El manejo del
estrés puede resultar complicado y confuso porque existen diferentes
tipos de estrés: estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico.
Cada uno cuenta con sus propias características, síntomas, duración y
enfoques de tratamiento. Analicemos cada uno de ellos.
Estrés agudo
El
estrés agudo es la forma de estrés más común. Surge de las exigencias y
presiones del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas
del futuro cercano. El estrés agudo es emocionante y fascinante en
pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta agotador. Una bajada
rápida por una pendiente de esquí difícil, por ejemplo, es estimulante
temprano por la mañana. La misma bajada al final del día resulta
agotadora y desgastante. Esquiar más allá de sus límites puede derivar
en caídas y fracturas de huesos. Del mismo modo, exagerar con el estrés a
corto plazo puede derivar en agonía psicológica, dolores de cabeza
tensiónales, malestar estomacal y otros síntomas.
Afortunadamente,
la mayoría de las personas reconocen los síntomas de estrés agudo. Es
una lista de lo que ha ido mal en sus vidas: el accidente
automovilístico que abolló el parachoques, la pérdida de un contrato
importante, un plazo de entrega que deben cumplir, los problemas
ocasionales de su hijo en la escuela, y demás.
Dado que es a corto
plazo, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los daños
importantes asociados con el estrés a largo plazo. Los síntomas más
comunes son:
- agonía emocional: una combinación de enojo o irritabilidad, ansiedad y depresión, las tres emociones del estrés;
- problemas musculares que incluyen dolores de cabeza tensos, dolor de espalda, dolor en la mandíbula y las tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y problemas en tendones y ligamentos;
- problemas estomacales e intestinales como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y síndrome de intestino irritable;
- sobreexcitación pasajera que deriva en elevación de la presión sanguínea, ritmo cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones, mareos, migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el pecho.
El estrés agudo puede presentarse en la vida de cualquiera, y es muy tratable y manejable.
Estrés agudo episódico
Por
otra parte, están aquellas personas que tienen estrés agudo con
frecuencia, cuyas vidas son tan desordenadas que son estudios de caos y
crisis. Siempre están apuradas, pero siempre llegan tarde. Si algo puede
salir mal, les sale mal. Asumen muchas responsabilidades, tienen
demasiadas cosas entre manos y no pueden organizar la cantidad de
exigencias autoimpuestas ni las presiones que reclaman su atención.
Parecen estar perpetuamente en las garras del estrés agudo.
Es
común que las personas con reacciones de estrés agudo estén demasiado
agitadas, tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y estén tensas.
Suelen describirse como personas con "mucha energía nerviosa". Siempre
apuradas, tienden a ser cortantes y a veces su irritabilidad se
transmite como hostilidad. Las relaciones interpersonales se deterioran
con rapidez cuando otros responden con hostilidad real. El trabajo se
vuelve un lugar muy estresante para ellas.
La personalidad "Tipo
A" propensa a los problemas cardíacos descrita por los cardiólogos Meter
Friedman y Ray Rosenman, es similar a un caso extremo de estrés agudo
episódico. Las personas con personalidad Tipo A tienen un "impulso de
competencia excesivo, agresividad, impaciencia y un sentido agobiador de
la urgencia". Además, existe una forma de hostilidad sin razón
aparente, pero bien racionalizada, y casi siempre una inseguridad
profundamente arraigada. Dichas características de personalidad
parecerían crear episodios frecuentes de estrés agudo para las
personalidades Tipo A. Friedman y Rosenman descubrieron que es más
probable que las personalidades Tipo A desarrollen enfermedades
coronarias que las personalidades Tipo B, que muestran un patrón de
conducta opuesto.
Otra forma de estrés agudo episódico surge de la
preocupación incesante. Los "doña o don angustias" ven el desastre a la
vuelta de la esquina y prevén con pesimismo una catástrofe en cada
situación. El mundo es un lugar peligroso, poco gratificante y punitivo
en donde lo peor siempre está por suceder. Los que ven todo mal también
tienden a agitarse demasiado y a estar tensos, pero están más ansiosos y
deprimidos que enojados y hostiles.
Los síntomas del estrés agudo
episódico son los síntomas de una sobre agitación prolongada: dolores
de cabeza tensos y persistentes, migrañas, hipertensión, dolor en el
pecho y enfermedad cardíaca. Tratar el estrés agudo episódico requiere
la intervención en varios niveles, que por lo general requiere ayuda
profesional, la cual puede tomar varios meses.
A menudo, el estilo
de vida y los rasgos de personalidad están tan arraigados y son
habituales en estas personas que no ven nada malo en la forma cómo
conducen sus vidas. Culpan a otras personas y hechos externos de sus
males. Con frecuencia, ven su estilo de vida, sus patrones de
interacción con los demás y sus formas de percibir el mundo como parte
integral de lo que son y lo que hacen.
Estas personas pueden ser
sumamente resistentes al cambio. Sólo la promesa de alivio del dolor y
malestar de sus síntomas puede mantenerlas en tratamiento y encaminadas
en su programa de recuperación.
Estrés crónico
Si bien el
estrés agudo puede ser emocionante y fascinante, el estrés crónico no lo
es. Este es el estrés agotador que desgasta a las personas día tras
día, año tras año. El estrés crónico destruye al cuerpo, la mente y la
vida. Hace estragos mediante el desgaste a largo plazo. Es el estrés de
la pobreza, las familias disfuncionales, de verse atrapados en un
matrimonio infeliz o en un empleo o carrera que se detesta. Es el estrés
que los eternos conflictos han provocado en los habitantes de Irlanda
del Norte, las tensiones del Medio Oriente que afectan a árabes y
judíos, y las rivalidades étnicas interminables que afectaron a Europa
Oriental y la ex Unión Soviética.
El estrés crónico surge cuando
una persona nunca ve una salida a una situación deprimente. Es el estrés
de las exigencias y presiones implacables durante períodos
aparentemente interminables. Sin esperanzas, la persona abandona la
búsqueda de soluciones.
Algunos tipos de estrés crónico provienen
de experiencias traumáticas de la niñez que se interiorizaron y se
mantienen dolorosas y presentes constantemente. Algunas experiencias
afectan profundamente la personalidad. Se genera una visión del mundo, o
un sistema de creencias, que provoca un estrés interminable para la
persona (por ejemplo, el mundo es un lugar amenazante, las personas
descubrirán que finge lo que no es, debe ser perfecto todo el tiempo).
Cuando la personalidad o las convicciones y creencias profundamente
arraigadas deben reformularse, la recuperación exige el autoexamen
activo, a menudo con ayuda de un profesional.
El peor aspecto del
estrés crónico es que las personas se acostumbran a él, se olvidan que
está allí. Las personas toman conciencia de inmediato del estrés agudo
porque es nuevo; ignoran al estrés crónico porque es algo viejo,
familiar y a veces hasta casi resulta cómodo.
El estrés crónico
mata a través del suicidio, la violencia, el ataque al corazón, la
apoplejía e incluso el cáncer. Las personas se desgastan hasta llegar a
una crisis nerviosa final y fatal. Debido a que los recursos físicos y
mentales se ven consumidos por el desgaste a largo plazo, los síntomas
de estrés crónico son difíciles de tratar y pueden requerir tratamiento
médico y de conducta y manejo del estrés.
Referencia bibliografica:
Disponible en linea: http://kidshealth.org/teen/en_espanol/mente/stress_esp.html
Disponible en linea:http://www.apa.org/centrodeapoyo/tipos.aspxDisponible en linea:http://www.youtube.com/watch?v=ZOry9zwSWLY
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