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domingo, 31 de marzo de 2013

SUEÑO




Qué es un sueño


Todos tenemos la experiencia de soñar y por ello sabemos lo que es un sueño y tenemos la experiencia de que es algo más de lo que contamos, que nuestros relatos no los recogen de una forma exacta, sin embargo el conocimiento científico de los sueños tiene que basarse en las narraciones que se hacen de ellos, porque no vale analizar exclusivamente nuestros propios sueños para hacer una teoría sobre ellos.

Hobson (2000) describe de la siguiente forma lo que es un sueño: “La actividad mental que ocurre en el sueño se caracteriza por una imaginación sensomotora vivida que se experimenta como si fuera la realidad despierta, a pesar de características cognitivas como la imposibilidad del tiempo, del lugar, de las personas y de las acciones; emociones, especialmente el miedo, el regocijo, y la ira, predominan sobre la tristeza, la vergüenza y la culpabilidad y a veces alcanzan una fuerza suficiente para despertar al durmiente; la memoria, incluso de los muy vívidos, es tenue y tiende a desvanecerse rápidamente después de despertarse a no ser que se tomen medidas especiales para retenerlo”.

Las fases del sueño


Dentro del sueño se distinguen distintas fases que se identifican por la existencia o no de un movimiento rápido de ojos REM (Rapid Eye Movement), que es visible debajo del párpado para el observador.

En el sueño no-REM (NREM) que se llama también sueño lento, se distinguen también cuatro etapas (Bobes, Diaz y Bomper, 1999):

  1. La Etapa 1 de transición de la vigilia al sueño, ocupa cerca del 5% del tiempo de sueño en adultos sanos, desaparecen las ondas alfa que en el EEG corresponden a la vigilia y son substituidas por ondas más lentas (ondas theta) propias del sueño NREM. También aparece un enlentecimiento del latido cardíaco. Durante esta fase, el sueño es fácilmente interrumpible. Esta etapa dura pocos minutos.
  2. La Etapa 2 aparece a continuación de la 1 y representa más del 50% del tiempo de sueño. Se caracteriza por ondas electroencefalográficas con una frecuencia mayor, que las theta. El tono muscular se hace algo más débil y se eleva el umbral del despertar. Corresponde al principio del sueño propiamente dicho.
  3. Las Etapas 3 y 4 se corresponden al sueño más profundo porque durante ellas aparecen las ondas delta, que son muy lentas. El tono muscular es débil y la frecuencia cardiaca y respiratoria disminuyen. Durante ellas ocurren los sueños, así como los episodios de terror nocturno en el niño y los episodios de sonambulismo. Los movimientos oculares, si existen, son lentos.

Después de pasar por estas etapas, durante unos 70 a 120 minutos, suele presentarse la primera fase REM (Rapid Eye Movement, Movimiento Rápido de Ojos). El tiempo que se tarda en iniciar esta fase nos dará la latencia REM. El sueño REM ocupa el 20% del tiempo total del sueño en el adulto, aunque varía con la edad, siendo mayor en los niños y en él se observan descargas de movimientos oculares rápidos y una abolición completa del tono muscular, la frecuencia respiratoria y el pulso se hacen más rápidos e irregulares.

Luego, las diferentes fases del sueño se alternan cíclicamente a lo largo de la noche, durante la primera parte del sueño predomina el sueño NREM y durante la segunda los periodos REM se van haciendo más largos. Durante el sueño normal aparecen periodos de vigilia tan breves que pueden no ser recordados al día siguiente.

Los estudios sobre la fisiología del sueño han avanzado de forma muy importante en los últimos años basándose en las nuevas tecnologías de neuroimagen, entre otras.

Las características fisiológicas de la actividad onírica varía a lo largo de las distintas etapas del sueño. Durante el sueño REM aparecen imágenes más raras y estrafalarias, los reportes de los sueños son más largos, más emocionales que en las etapas NREM lo que correlaciona con la diferente fisiología de estas fases.

Diferencias en los sueños de las distintas fases


Los sueños que se reportan cuando uno se despierta en la fase REM del sueño son típicamente más largos, más nítidos perceptivamente (llegando a tomar la forma de alucinaciones), más animados motóricamente, que cambian rápidamente de escena y son más raros y estrafalarios, más cargados emocionalmente y menos relacionados con nuestra vida normal que los que se narran cuando nos despertamos en la fase NREM. Por el contrario los que surgen del despertar en las fases NREM contienen más representaciones de nuestras preocupaciones cotidianas y son más de tipo pensamiento y menos como imágenes (Hobson et al., 2000).

El mismo autor menciona las siguientes características de los sueños REM, que se dan en ellos casi siempre y raramente en los sueños NREM:

  1. Contienen percepciones alucinatorias.
  2. Las imágenes cambian rápidamente y son raras y estrafalarias, aunque también se refieren a nuestra vida cotidiana.
  3. Son tan vívidos que a veces nos hacen dudar si estamos dormidos o despiertos.
  4. La reflexión racional en los sueños está ausente o muy reducida, aunque actualmente se piensa que la reflexión, el autocontrol y otras formas metacognitivas son más comunes de lo que se pensaba.
  5. A los sueños les falta estabilidad en la orientación, así los lugares, las épocas y las personas se fusionan de forma plástica incongruente y discontinua.
  6. Los sueños crean historias para integrar todos los elementos del sueño en una narrativa más lógica.
  7. Los sueños incrementan e intensifican las emociones, especialmente el miedo y la ansiedad, que parecen integrarse en las características más raras del sueño y pueden incluso marcar la narrativa del sueño.
  8. Los sueños muestran una incorporación incrementada de programas instintivos, especialmente los relacionados con luchar o huir que pueden actuar también como organizadores de la cognición en el sueño.
  9. El control voluntario está muy atenuado. El soñador raramente considera la posibilidad de controlar realmente el flujo de los sucesos del sueño y en las pocas ocasiones en las que esto ocurre, el que sueña solo lo puede ganar en lucidez y por pocos segundos. Sin embargo otras formas de control más corrientes pueden ser más comunes en el sueño.
  10. Una de las razones de que las descripciones de los sueños REM sean más largos es que tienen que explicarse las imágenes raras que lo componen.

Los sueños tienen poca relación con lo que pensamos o hacemos antes de dormir, por lo que no se puede pensar en dirigir los sueños para resolver problemas. Aunque otros autores afirman que hay métodos de incubación de sueños que tienen impacto en el sueño REM.

Según Hobson (2000) los procesos que se dan en el sueño REM son debidos a que:

  1. La entrada salida del sistema cambia, se corta la llegada de estímulos exteriores y la salida de órdenes motoras a la médula espinal, desactivándose las neuronas piramidales que transmiten las órdenes del movimiento. En consecuencia se produce una bajada del tono muscular.
  2. Se activan algunas partes del tronco cerebral que a su vez activan distintas partes del cerebro lo que provoca una activación caótica de diversas partes del cerebro.
  3. Se desactivan las partes de la corteza cerebral frontal que controlan la reflexión y el pensamiento.
  4. Todo esto se refleja en un cambio del sistema neuromodulador que pasa de ser aminérgico en la vigilia a ser colinérgico durante el sueño, con lo que se activan y desactivan determinados caminos neuronales.

Relación entre las funciones fisiológicas del sueño y sus contenidos


Hobson (2000) establece un modelo de estas relaciones en el que concluye:

  • Las alucinaciones visuales intensas se deben a la autoactivación del cerebro visual por el proceso de activación del pontine que afecta inicialmente al cortex visual.
  • Las emociones intensas, especialmente ansiedad, regocijo, y rabia se deben a la autoactivación de la amígdala y otras estructuras del sistema límbico. La relavancia de las imágenes del sueño es debida a la activación del cortex paralímbico por la amígdala.
  • La ilusión de que estamos despiertos, la falta de pensamiento dirigido, la pérdida de la conciencia reflexiva y la falta de insight relativa a las experiencias, ilógicas e imposibles del sueño, se deben a la combinación, y posiblemente efectos relacionados de la demodulación aminérgica y la desactivación selectiva de la corteza frontal.
  • Las cogniciones raras y estrafalarias del sueño se deben a la inestabilidad orientativa causada por la naturaleza caótica del proceso de autoactivación del tronco cerebral y a la ausencia del control frontal y de la memoria episódica, debidos en parte a los fallos en la modulación aminérgica

Funciones psicológicas del sueño


La principal función del sueño es reparar el organismo para poder seguir la vida en condiciones óptimas. Es una función fisiológica, pero en el sueño aparecen materiales cognitivos de difícil interpretación y con un alto contenido emocional, a los que se muchas veces se les da muy diversas interpretaciones. Algunos autores como Hobson lo consideran como un producto fisiológico que debería ser olvidado cuanto antes, como así sucede en realidad (Hobson, 1997). Otros autores siguen manteniendo y fundamentando fisiológicamente la teoría de Freud de que son deseos reprimidos que surgen en momentos en los que baja la censura (ver modelo de Solms (1997)).

La función psicológica que más consenso ha despertado ha sido que el sueño REM consolida nuestra memoria y que la recuperación de nuestros recuerdos es más efectiva después de un buen sueño. Sin embargo, ni siquiera esta función es aceptada de forma universal (ver por ejemplo Vertes, 2000) Este autor propone que la función primaria del sueño REM es puramente fisiológica y consiste en proporcionar al cerebro una estimulación que necesita para recuperarse del sueño profundo.

Resumiendo nuestra postura podemos afirmar que el sueño actúa sobre nuestra memoria emocional activando los circuitos cerebrales asociados a la emoción, como la amígdala y el sistema límbico y desactivando el control consciente de la corteza frontal y la entrada y salida de estímulos desactivando partes del tronco cerebral.

Planteamos la hipótesis de que lo que consolida el sueño es la actitud, entendida como preparación a actuar (Bull, 1951), en la que se inhibe la acción, y al inhibirse la acción aparece el componente emocional, en el mismo sentido que da Frijda (1989) a las emociones como preparaciones a actuar.

La postura de Seligman


Lo que si es cierto es que en el sueño las actividades cognitivas tienen una organización caótica y que nuestro cerebro no está dispuesto a admitir el caos. En esta línea Seligman (1987) describe un experimento en el que simultáneamente a la emisión de una melodía se mostraba a los sujetos unas luces que se encendían y apagaban de forma totalmente aleatoria, la gran mayoría de los sujetos afirmaban que el comportamiento de las luces seguía a la melodía. La conclusión de este experimento es que nuestro cerebro está tan entrenado para dar significado a lo que percibe que no puede aceptar las percepciones sin orden ni sentido y que si lo que ve o siente no lo tiene, nuestro cerebro lo crea.

Siguiendo este razonamiento, la interpretación que da Seligman (1987) de los sueños es que son una elaboración cognitiva que intenta dar coherencia a los estímulos caóticos que generan las funciones fisiológicas que se han descrito en los puntos anteriores. El intento de racionalizar el sueño comienza en el mismo momento en que se produce y continúa cuando se narra o se escribe para consolidar su recuerdo. Seligman distingue dos tipos de contenidos en el sueño aquellos que tienen una alta definición visual o contenido emocional que corresponden a estímulos muy concretos e identificables y aquellas otras fases que son más borrosas y verbales que correspondería ya a un intento de explicar la transición entre dos estímulos visuales o emocionales nítidos.




Referencias Bibliograficas:

EMOCIONES






Se denomina emociones a todas aquellas sensaciones y sentimientos que posee el ser humano al relacionarse con sus semejantes y con el medio en general. No obstante, esta somera descripción, es menester señalar que la interpretación y elucidación del fenómeno que constituyen las emociones humanas siempre ha resultado un gran problema, en la medida en que las evaluaciones realizadas pecaron de vaguedad.
Sorpresivamente, fue el terreno de la literatura donde mejor fueron matizadas las diversas emociones que atraviesan la experiencia humana. Desde las tragedias y comedias griegas, pasando por la obra dramática de Shakespeare hasta la narrativa de Dostoievsky, esta área del arte mostró con gran refinamiento y perspicacia muchos aspectos de la naturaleza humana. No obstante, no fue sino hasta adentrados en el siglo XX que pudieron elaborarse teorías satisfactorias a este respecto.
Para comenzar a analizar el campo de las emociones debemos partir de apreciaciones sencillas pero fácilmente aceptables por todo el mundo: existen emociones agradables y otras desagradables. Partiendo de esta idea, podemos agrupar a todo el espectro de sensaciones en estas dos categorías. Por otro lado, las emociones pueden ser de distinta intensidad: se puede estar más o menos enojado, más o menos alegre, etc.
Hechas estas valoraciones iniciales, cabe ahora explicar el motivo de estos sentimientos. Si observamos que los motivan, veremos que se asocian a la posibilidad de una situación favorable o desfavorable para nuestra existencia; así por ejemplo, la posibilidad de la pobreza de recursos, o la misma, muerte nos evoca experiencias dolorosas; por el contrario, un éxito personal, el buen trato de las amistades nos evoca emociones positivas y agradables. Así, es legitimo teorizar que las emociones son una respuesta natural de nuestra naturaleza animal para evaluar si una determinada situación o circunstancia favorece o no nuestra supervivencia. Es por ello que las emociones no se pueden provocar directamente, a lo sumo se pueden intentar ocultar.



Las emociones resultan de la actividad del sistema nervioso, al igual que los movimientos voluntarios. Las emociones proporcionan el “color” al comportamiento, y son necesarias para la supervivencia del individuo, por ejemplo la rabia o la agresividad permite al sujeto enfrentarse con un enemigo, o si el sistema nervioso juzga que el enemigo es demasiado peligroso sustituye la rabia por miedo para que se pueda escapar de él. 
La emoción tiene dos componentes: uno es la sensación subjetiva que sentimos en nuestro interior. El otro componente es la manifestación externa de la emoción. A veces es posible separar los dos componentes, por ejemplo, un actor puede simular todas las manifestaciones de una emoción sin realmente sentirla. Eso indica que estos dos aspectos de la emoción pueden residir en regiones separadas del sistema nervioso.

Las emociones de miedo o rabia se originan en la amígdala cerebral
            Primeramente, el sistema nervioso debe determinar cuál es la emoción adecuada en cada caso. Esto lo realiza, al menos en parte, una estructura llamada amígdala cerebral. La corteza cerebral envía una copia de la información sensorial que recibe a la amígdala, y esta decide si el estímulo es amenazador, y si se debe responder a él con agresividad o miedo. Los animales que tienen lesionada la amígdala cerebral se vuelven mansos porque pierden toda la agresividad, y tampoco son capaces de mostrar miedo ante estímulos que normalmente les asustarían. Parece que en la amígdala se originan las emociones del miedo y la furia, pero no las emociones agradables, como la alegría o la felicidad. En dónde se originan estas no se conoce.






Una vez que la amígdala ha decidido que el estímulo requiere una respuesta de miedo o rabia, envía señales a otros lugares del cerebro para poner en marcha los distintos componentes de estas emociones. Por un lado, envía señales a la corteza cerebral para desencadenar la emoción subjetiva interna, y por otro lado desencadena la expresión externa de la misma. Supongamos que vamos por una calle de noche y vemos una sombra detrás de una esquina. Inmediatamente se acelera el corazón, la respiración se convierte en un jadeo, y un sudor frío nos cubre la piel. El vello se eriza y se nos pone la “carne de gallina” y sentimos un nudo en el estómago. Si lo consideramos detenidamente, muchos de estos cambios resultan lógicos para enfrentarse a una amenaza: el aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria permite aportar más oxígeno a los músculos, en el caso de que haya que hacer un esfuerzo, como salir corriendo. El sudor permite eliminar el exceso de calor que se producirá con ese esfuerzo. La piloerección o erizamiento del pelo no tiene mucha utilidad en humanos, pero en animales con pelaje tupido les hace parecer más grandes, lo que puede atemorizar a un posible enemigo.

En el interior del cerebro, lo que ha sucedido es que la corteza visual ha enviado la imagen de la sombra a la amígdala, esta ha decidido que representa una posible amenaza, y a su vez ha enviado la orden al hipotálamo para que ponga en marcha todo el sistema de emergencia ante un peligro.




miércoles, 6 de marzo de 2013

SISTEMA ENDOCRINO




Las piezas fundamentales de sistema endocrino son las hormonas y las glándulas. En calidad de mensajeros químicos del cuerpo, las hormonas transmiten información e instrucciones entre conjuntos de células. Aunque por el torrente sanguíneo circulan muchas hormonas diferentes, cada tipo de hormona está diseñado para repercutir solamente sobre determinadas células.
Una glándula es un conjunto de células que fabrican y secretan (o segregan) sustancias. Las glándulas seleccionan y extraen materiales de la sangre, los procesan y secretan el producto químico resultante para que sea utilizado en otra parte del cuerpo. Algunos tipos de glándulas liberan los productos que sintetizan en áreas específicas del cuerpo. Por ejemplo, lasglándulas exocrinas, como las sudoríparas y las salivares, liberan secreciones sobre la piel o en el interior de la boca. Sin embargo, las glándulas endocrinas liberan más de 20 tipos de hormonas diferentes directamente en el torrente sanguíneo, desde donde son transportadas a otras células y partes del cuerpo.
Las principales glándulas que componen el sistema endocrino humano incluyen:
el hipotálamo
la hipófisis
la glándula tiroidea
las glándulas paratiroideas
las glándulas suprarrenales
la glándula pineal
las glándulas reproductoras (que incluyen los ovarios y los testículos).

 



El hipotálamo
El hipotálamo, un conjunto de células especializadas ubicado en la parte central inferior del cerebro, es el principal nexo de unión entre los sistemas endocrino y nervioso. Las células nerviosas del hipotálamo controlan el funcionamiento de la hipófisis, segregando sustancias químicas que bien estimulan o bien inhiben las secreciones hormonales de esta última glándula.

La hipófisis
A pesar de no ser mayor que un guisante, la hipófisis, ubicada en la base del cerebro, justo debajo del hipotálamo, se considera la parte más importante del sistema endocrino. Se suele denominar la "glándula maestra" porque fabrica hormonas que regulan el funcionamiento de otras glándulas endocrinas. La fabricación y secreción de hormonas hipofisarias puede verse influida por factores como las emociones y los cambios estacionales. A tal efecto, el hipotálamo envía información procesada por el cerebro (como la temperatura medioambiental, los patrones de exposición solar y los sentimientos) a la hipófisis.

La diminuta hipófisis se divide en dos partes: el lóbulo anterior y el lóbulo posterior El lóbulo anterior regula la actividad de las glándulas tiroidea, suprarrenales y reproductoras, y produce diversas hormonas, entre las que cabe destacar:
la hormona del crecimiento, que estimula el crecimiento óseo y de otros tejidos corporales y desempeña un papel importante en la utilización de los nutrientes y minerales
la prolactina, que activa la producción de leche en las mujeres que dan el pecho
la tirotropina, que estimula a la glándula tiroidea a producir hormonas tiroideas
la corticotropina, que estimula a las glándulas suprarrenales a producir determinadas hormonas.
La hipófisis también segrega endorfinas, unas sustancias químicas que actúan sobre el sistema nervioso reduciendo la sensación de dolor. Además, la hipófisis segrega hormonas que estimulan a los órganos reproductores a fabricar hormonas sexuales. La hipófisis también controla la ovulación y el ciclo menstrual en las mujeres.
El lóbulo posterior de la hipófisis libera la hormona antidiurética, también denominada vasopresina, que ayuda a controlar el equilibrio entre agua y sales minerales en el organismo. El lóbulo posterior de la hipófisis también produce oxitocina, que desencadena las contracciones uterinas necesarias para dar a luz.

La glándula tiroidea
La glándula tiroidea, ubicada en la parte anterior e inferior del cuello, tiene forma de pajarita o mariposa y produce las hormonas tiroideas tiroxina y triodotironina. Estas hormonas controlan la velocidad a la cual las células queman el combustible de los alimentos para producir energía. La producción y liberación de hormonas tiroideas está controlada por la tirotropina, secretada por la hipófisis. Cuantas más hormonas tiroideas haya en el torrente sanguíneos de una persona, más rápidamente ocurrirán las reacciones químicas que tienen lugar en su organismo.
¿Por qué son tan importantes las hormonas tiroideas? Por diversos motivos; por ejemplo, ayudan a crecer y desarrollarse a los huesos de los niños y jóvenes y desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso en los niños.

Las glándulas paratiroideas

Pegadas a la glándula tiroidea, hay cuatro glándulas diminutas que funcionan conjuntamente denominadas glándulas paratiroideas. Liberan la hormona paratiroidea, que regula la concentración de calcio en sangre con la ayuda de la calcitonina, fabricada por la glándula tiroidea.

Los glándulas suprarrenales

En el cuerpo humano también hay dos glándulas suprarrenales, de forma triangular, una encima de cada riñón. Las glándulas suprarrenales constan de dos partes, cada una de las cuales fabrica distintas hormonas y desempeña distintas funciones. La parte más externa, la corteza suprarrenal, produce unas hormonas denominadas corticoesteroides, que contribuyen a regular el equilibrio entre sales minerales y agua, la respuesta al estrés, el metabolismo, el sistema inmunitario y el desarrollo y la función sexuales. La parte más interna, la médula suprarrenal, produce catecolaminas, como la adrenalina. También denominada epinefrina, esta hormona eleva la tensión arterial y la frecuencia cardiaca en situaciones de estrés.

La glándula pineal

La glándula pineal se encuentra justo en centro del cerebro. Secreta melatonina, una hormona que probablemente influye en que tengas sueño por las noches y te despiertes por las mañanas.

Las gónadas

Las gónadas son la principal fuente de hormonas sexuales. La mayoría de la gente no piensa en ello, pero tanto los hombres como las mujeres tienen gónadas. En los hombres, las gónadas masculinas, o testículos, se encuentran en el escroto. Segregan unas hormonas denominadas andrógenos, la más importante de las cuales es la testosterona. Estas hormonas indican a los chicos cuándo ha llegado el momento de iniciar los cambios corporales asociados a la pubertad, incluyendo el crecimiento del pene, el estirón, el cambio de voz y el crecimiento de la barba y del vello púbico. En colaboración con otras hormonas secretadas por la hipófisis, la testosterona también indica a los chicos cuándo ha llegado el momento de producir esperma en los testículos.
Las gónadas femeninas, los ovarios, se encuentran dentro de la pelvis. Producen ovocitos y secretan las hormonas femeninas: elestrógeno y la progesterona. El estrógeno indica a las chicas cuándo tienen que iniciar los cambios corporales asociados a la pubertad. Durante esta etapa del desarrollo, a las chicas les crecen los senos, empiezan a acumular grasa en caderas y muslos y experimentan un estirón. Tanto el estrógeno como la progesterona participan también en la regulación del ciclo menstrual y desempeñan un papel importante en el embarazo.
A pesar de que las glándulas endocrinas son las principales productoras de hormonas, algunos órganos que no forman parte del sistema endocrino -como el cerebro, el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado y la piel- también producen y segregan hormonas. El páncreas forma parte tanto del sistema de secreción hormonal como del digestivo porque también produce y secreta enzimas digestivas. Este órgano produce dos hormonas importantes: la insulina y el glucagón. Ambas colaboran para mantener una concentración estable de glucosa, o azúcar, en sangre y para abastecer al cuerpo de suficiente combustible para que produzca la energía que necesita y mantenga sus reservas de energía.
Las hormonas, una vez secretadas, circulan por el torrente sanguíneo desde la glándula endocrina hasta las células diseñadas para recibir el mensaje de que aquellas son portadoras. Estas células se denominan células diana. A lo largo de este recorrido por el torrente sanguíneo, unas proteínas especiales se unen a diversas hormonas. Estas proteínas actúan como portadoras, controlando la cantidad de hormona disponible que debe interactuar con las células diana. Las células diana tienen receptores en los que solo encajan hormonas específicas, de modo que cada tipo de hormona se comunica solamente con un tipo específico de células diana que posee receptores para esa hormona. Cuando una hormona llega a su célula diana, se adhiere a los receptores específicos de esa célula y la combinación de hormona-receptor transmite instrucciones químicas sobre el funcionamiento interno de la célula.
Cuando las concentraciones hormonales alcanzan el nivel normal, el sistema endocrino ayuda al cuerpo a mantener esa concentración hormonal en sangre. Por ejemplo, si la glándula tiroidea ha segregado una cantidad adecuada de hormonas tiroideas, la hipófisis capta una concentración normal de esa hormona en el torrente sanguíneo y ajusta en consonancia su liberación de tirotropina, la hormona hipofisiaria que estimula a la glándula tiroidea a producir hormonas tiroideas.
Otro ejemplo de este proceso lo encontramos en las glándulas paratiroideas. La hormona paratiroidea incrementa la concentración de calcio en sangre. Cuando esta concentración aumenta, las glándulas paratiroideas captan el cambio y, consecuentemente, reducen la secreción de hormona paratiroidea. Este proceso de ajuste se denomina sistema de retroalimentación negativa.

Problemas que pueden afectar al sistema endocrino

Un exceso o un defecto de cualquier hormona pueden ser nocivos para el organismo. Por ejemplo, si la hipófisis produce demasiada hormona del crecimiento, un adolescente puede crecer demasiado. Pero, si produce demasiado poca, puede crecer de forma insuficiente. Para tratar muchos trastornos endocrinos, generalmente lo que hacen los médicos es controlar la producción de determinadas hormonas o bien aportar, de forma suplementaria, las hormonas deficitarias mediante medicación. Entre los principales trastornos hormonales, se encuentran los siguientes:
Insuficiencia suprarrenal. Este trastorno ocurre cuando la corteza suprarrenal no produce suficientes corticoesteroides. Entre los síntomas de la insuficiencia suprarrenal se incluyen la debilidad, la fatiga, el dolor abdominal, las náuseas, la deshidratación y los cambios en la piel. Los médicos tratan la insuficiencia suprarrenal administrando medicamentos que contienen hormonas corticoesteroides.
Diabetes tipo 1. Cuando el páncreas no produce suficiente insulina, se desarrolla una diabetes tipo I, antes conocida como diabetes juvenil. En los niños y jóvenes, esta enfermedad suele estar provocada por un trastorno autoinmunitario en el cual determinadas células del sistema inmunitario atacan y destruyen las células del páncreas que producen insulina. Para controlar los niveles de azúcar en sangre y reducir el riesgo de desarrollar complicaciones, los niños y jóvenes con este trastorno necesitan inyectarse insulina regularmente.
Diabetes tipo 2. A diferencia de la diabetes tipo 1, en la cual el organismo no puede producir cantidades normales de insulina, en la diabetes tipo 2 el organismo no responde a la insulina con normalidad. Los niños y jóvenes que padecen este trastorno son proclives al sobrepeso. Algunos niños y jóvenes pueden controlar la concentración de azúcar en sangre mediante cambios dietéticos, ejercicio y medicación por vía oral, pero muchos necesitan inyectarse insulina, como en la diabetes tipo 1.
Problemas relacionados con la hormona del crecimiento. Un exceso de hormona del crecimiento en niños y adolescentes que todavía están en proceso de crecimiento determinará que sus huesos y otras partes del cuerpo crezcan excesivamente. Este trastorno poco frecuente (a veces denominado "gigantismo") suele estar causado por un tumor hipofisario y se puede tratar extirpando el tumor. Contrariamente, cuando la hipófisis produce una cantidad insuficiente de hormona del crecimiento, el niño o adolescente crecerá menos de lo normal. Los médicos pueden tratar este problema con medicación.
Hipertiroidismo. El hipertiroidismo es un trastorno en el cual la concentración de hormonas tiroideas en sangre es excesivamente alta. En los niños y jóvenes este trastorno suele estar provocado por la enfermedad de Graves, un trastorno autoinmunitario en el cual la glándula tiroidea está demasiado activa. Los médicos suelen tratar el hipertiroidismo mediante medicación, cirugía o radioterapia.
Hipotiroidismo. El hipotiroidismo es un trastorno en el cual la concentración de hormonas tiroideas en sangre es anormalmente baja. Esta deficiencia de hormonas tiroideas enlentece los procesos corporales y puede provocar fatiga, frecuencia cardiaca anormalmente baja, piel seca, sobrepeso y estreñimiento. Los niños y jóvenes con este trastorno también presentan retraso del crecimiento y alcanzan la pubertad más tarde de lo normal. La tiroidtis de Hashimoto es un trastorno del sistema inmunitario que suele provocar problemas en la glándula tiroidea, limitando o impidiendo la producción de hormonas tiroideas. Los médicos suelen tratar este problema con medicación.
Pubertad precoz. Cuando las hipófisis libera demasiado pronto las hormonas que estimulan a las gónadas a producir hormonas sexuales, algunos niños presentan los cambios corporales asociados a la pubertad a una edad anormalmente temprana. Esto recibe el nombre de pubertad precoz. Los niños y adolescentes afectados por este trastorno se pueden tratar con una medicación que les permitirá desarrollarse a un ritmo normal.

Referencia bibliográfica:







                                                   
                                                                           




MENTE-CUERPO






Históricamente dos escuelas de pensamiento han antagonizado una con otra: “Dualismo” y “Monismo”.
De acuerdo con el dualismo, la mente y el cuerpo están hechos de diferentes sustancias. El primero y el más famoso de los dualistas fue el filósofo Francés René Descartes (siglo 18), a quien se le atribuye como el fundador de todo el “debate entre Mente y cuerpo”. El observó que la realidad está dividida entre materia y espíritu. Estos son dos diferentes mundos, hechos de dos diferentes sustancias. El definió qué es la materia y qué es la mente: materia cualquier cosa que exhiba la propiedad de “extensión” (propiedades geométricas tales como “tamaño”, “forma”, etc.) y la mente es “cogito” lo que sería el pensamiento (una definición más científica de mente vendrá después con Franz Brentano). “Res Extensa” (cosas que tienen una extensión) y “res cogitans” (cosas que piensan) pertenecen a dos campos separados y no pueden ser estudiados por las mismas herramientas. Este dualismo tuvo una influencia enorme en las futuras generaciones. La física de Newton, por ejemplo, es una consecuencia directa de esta aproximación: la física estudia el dominio de la materia y solo trata con la materia. De esa manera se mantendrá hasta el fin del siglo 20.
El dualismo de Descartes fue una  salida del dualismo de Aristóteles que había gobernado por siglos. Aristóteles dividió a las cosas en vivientes y no-vivientes. Los seres vivientes se comportaban diferentemente y por lo tanto requerían un diferente trato. Descartes se dio cuenta que la materia viviente y no-viviente es, en última instancia, la misma materia, que obedecía las mismas leyes físicas. Existe “un solo” universo físico para todas las cosas. La materia viva aparenta “comportarse” porque es más compleja. En la realidad los animales son complejos autómatas mecánicos. La distinción real está al nivel del pensamiento. Algunos seres (Los cuales para Descartes solo eran humanos) pueden pensar. La diferencia no es entre materia viviente y materia no-viviente, las cuales en última instancia son la misma sustancia, sino en la materia y la mente, las cuales son dos diferentes sustancias. En cierto sentido la filosofía de Aristóteles estaba centrada en la vida, mientras que la filosofía de Descartes estaba centrada en el hombre. (Tomará tres siglos revivir la idea que los animales también pueden tener una mente, y por lo tanto regresar a Aristóteles.) Descartes así mismo claramente entendió que el cerebro era el asentamiento de la interacción mente-cuerpo, aunque él no pudo explicarlo muy bien.

Dualistas
El filósofo del siglo 18 David Hume era también un dualista, pero él señaló que la “mente” es realmente un set de “percepciones” y la percepción de uno mismo es una ilusión. La mente es simplemente un teatro en donde las percepciones escenifican su papel en una rápida sucesión, comúnmente intersecándose y combinándose. El sí mismo es como una republica, cuyos miembros han tenido una vida independiente pero están unidos por una constitución común: la republica es una, aún si sus miembros (y tal vez incluso sus constituciones individuales) están continuamente cambiando. La identidad de la republica no está provista por sus contenidos, que están fluctuando constantemente, sino por la relación causal que mantiene a sus miembros juntos.

 Epifenomenalismo
El problema con el dualismo es como la mente y el cuerpo se influencian el uno al otro mientras están hechos de dos sustancias diferentes. En el siglo 18 el Biólogo Suizo Charles Bonnet intentó resolver el dilema introduciendo el “Epifenomenalismo”, la idea de que la mente no puede influenciar al cuerpo (una idea que posteriormente fue tomada prestada por el filósofo británico Thomas Huxley). Bonnet expandió la intuición que tenía Descartes que la interacción Cuerpo-Mente debe ocurrir en el cerebro. Él posteriormente analizó el cerebro y se dio cuenta que la actividad mental reflejaba actividad cerebral. Bonnet además expandió la intuición de Descartes en la cual el cuerpo es un dispositivo mecánico. Él simplemente añadió que el autómata es controlado por el cerebro. Diferentes animales tienen diferente funcionamiento. (Una idea que Huxley uniría con la teoría de Darwin) pero a la larga todos eran cuerpos corridos por cerebros de manera óptima para sobrevivir y reproducirse: Los humanos, y posiblemente otros animales así mismo, eran también consientes, pero la conciencia no tenía un rol en dirigir al autómata. La mente no puede influenciar al cuerpo. La mente simplemente observa el comportamiento del cuerpo, aunque la mente cree que es la causante. (Nótese que “la mente” eran casi sinónimos con “conciencia”).
El “Epifenomenalismo” por lo tanto acepta que la mente y el cuerpo están hechos de diferentes sustancias, pero la mente no tiene influencia en el cuerpo. El cerebro causa la mente, pero la mente no tiene palabra en el trabajo del cerebro. Los eventos mentales no tienen efecto en los eventos materiales, mientras que los eventos materiales pueden tener efectos mentales. Los eventos mentales simplemente son subproductos de los eventos materiales (así como el humo es un subproducto del fuego pero no tiene un impacto directo en el fuego).

El Mundo de la Ideas
Los dualistas no dudaban que la mente y el cerebro de comunicaban de alguna manera. Pero ellos se enfrentaron con la aparente insuperable tarea de hacer que dos diferentes sustancias se comuniquen, aun así, por definición, estas dos sustancias no estaban supuestas para interactuar una con la otra. Una salida de este dilema es asumir la existencia de un intermediario entre las dos.
Por ejemplo, el filósofo Austríaco Karl Popper y el neurofisiólogo británico John Eccles postularon la existencia de un primer mundo (el mundo de los cuerpos físicos), un segundo mundo (el mundo de los estados mentales) y un tercer mundo (el mundo de los productos de la mente). El segundo mundo se comunicaba con los otros. Los objetos abstractos de la matemática, teorías científicas y productos del arte son ejemplos de la actividad que no pertenece al mundo mental ni al mundo físico. La mente juega un rol de intermediario entre el mundo imaginario (mundo 3) y el mundo real (mundo 1). Una “Causación Descendiente” se opera desde el mundo 2 hacia el mundo 1. La mente básicamente es un operador que relaciona a los objetos abstractos y los físicos.
Cosas interesantes suceden en este tercer mundo. En primer lugar el conocimiento objetivo le pertenece: el tercer mundo evoluciona a través del crecimiento del conocimiento objetivo. El conocimiento objetivo confiere un grado de autonomía al tercer mundo. Por ejemplo, los números son creados por la mente, pero entonces las leyes matemáticas determinan que es lo que les sucederá, sin importar lo que nuestras mentas puedan pensar o sentir. El crecimiento y la evolución del conocimiento objetivo obedecen la misma ley que maneja los fenómenos biológicos de supervivencia y evolución (básicamente ensayo y error).
Eccles argumenta que la interacción entre la mente y el cerebro de un individuo es análoga al campo de la probabilidad en la Mecánica Cuántica. La “energía” mental puede causar eventos neuronales por un proceso análogo a cómo un campo de la probabilidad causa una acción. Él llama “psychon” a la unidad mental que transmite intenciones mentales a las unidades neurales.
El físico británico Roger Penrose, uno de los líderes en relatividad general, también se suscribe a la noción de que existe un mundo de los estados consientes separado y que la mente puede acceder a este mundo. Pero “el mundo de las ideas” de Penrose es aún un mundo físico: La información “protoconciente” está codificada en geometría tiempo-espacio en la escala fundamental de Planck, y nuestra mente tiene acceso a esto (es decir que es consiente).
El filósofo Norteamericano John Searle no va tan lejos, pero el también rechaza que el universo puede ser partido en propiedades físicas y mentales. Después de todo, cosas como “frases sin gramática, mi habilidad para esquiar, el gobierno y puntos anotados en partidos de futbol americano” no pueden ser fácilmente categorizados como mentales o como físicos. La dicotomía tradicional de “lo mental versus lo físico” parece ser innecesaria.
Una formulación más humilde se dio gracias al matemático Estadounidense Rudy Rucker, que cree en la existencia de un “paraje mental” separado. Rucker pregunta: “¿Es lo que pensaste ayer aún parte de tu mente?”. La pregunta no es fácil de contestar si asumes que las ideas son parte de las mentes. La conclusión de Rucker es que existe un mundo de ideas separado del mental y del físico. Nuestras mentes pueden viajar al paraje mental que contiene todos los posibles pensamientos así como nuestros cuerpos pueden viajar por el espacio físico que contiene todas las locaciones posibles. Las  mentes comparten el mismo paraje mental, como los cuerpos comparten el mismo espacio físico. Todos compartimos el mismo paraje mental, de la misma forma que todos compartimos el mismo universo. En particular, el paraje mental contiene todos los objetos matemáticos y los matemáticos exploran el paraje mental en la misma manera que los astronautas exploran el espacio físico. Lo mismo sucede para las leyes naturales y los físicos. Las leyes de las matemáticas y las leyes de la naturaleza tienen una existencia separada.
Esto es, por supuesto, un nuevo giro en el antiguo mundo de las ideas de Platón.

Superveniencia
Existen principalmente dos marcas del dualismo: dualismo de “sustancia” (la mente es una diferente sustancia por completo del cerebro), así como el interaccionismo de Popper y Eccles, y el dualismo de “propiedad” (la mente es la misma sustancia del cerebro, pero proviene de una clase de propiedades que son exclusivas del cerebro), así como la teoría de la superveniencia (Jaegwon Kim, David Chalmers).
Superveniencia es utilizado para expresar el hecho de que un dominio está completamente determinado por otro dominio. Por ejemplo las propiedades biológicas “supervienen” (o son supervenientes) de las propiedades físicas, porque las propiedades biológicas de un sistema están determinados por sus propiedades físicas. Las propiedades biológicas y físicas de un organismo son diferentes sets de propiedades, pero las físicas determinan las propiedades biológicas. No obstante uno solo puede estudiar las propiedades biológicas y nunca tratar con las propiedades físicas.
El filósofo Coreano Jaegwon Kim lo aplicó al concepto de mente: las propiedades mentales son supervinientes de las propiedades físicas (neurales). De acuerdo con Kim, por lo tanto, lo mental es superviniente de lo físico así como las propiedades macroscópicas de los objetos supervienen su estructura microscópica. Intuitivamente significa que la mente es para el cerebro lo que el relámpago es para partículas eléctricamente cargadas: el mismo fenómeno que se presenta a sí mismo de dos diferentes maneras.
La superveniencia de Kim define una relación entre mental y físico, y también define algunas limitaciones. Un estado mental no puede corresponder a dos diferentes estados físicos. Dos cerebros no pueden estar en el mismo estado mental y estar en diferentes estados físicos. Los estados mentales dependen a sus correspondientes estados neurales: cualquier cambio en los estados mentales deben ser unidos por un correspondiente cambio en los estados físicos. Los estados mentales “son” estados neurales, de la misma manera que la electricidad “son” electrones.
Uno puede organizar la naturaleza en una jerarquía, iniciando por las partículas elementales y terminando en la conciencia. En algún punto algunas propiedades se aplican, pero al nivel intermedio alto otras propiedades se aplicarían. Por ejemplo los electrones tienen masa y giro, pero la electricidad tiene potencial e intensidad. Los componentes químicos tienen  densidad y conductividad, mientras los organismos biológicos poseen crecimiento y reproducción. En cada nivel un nuevo set de propiedades “emerge”: por ejemplo, la fuerza débil del nivel de partículas elementales, viscosidad al nivel molecular, metabolismo al nivel biológico, y conciencia al nivel cognitivo.
El filósofo Británico Charles Dunbar Broad ya había expuesto alrededor de 1920 que el universo está inherentemente compuesto de capas y que cada capa da paso a la siguiente capa pero no puede explicar las nuevas propiedades que emergerán con ella.
La superveniencia da por hecho que la naturaleza funciona de esta manera, pero no ofrece explicación de porqué a un nivel más alto podríamos encontrar electricidad en vez de, digamos, “huicidad” o “fluxicidad” (propiedades imaginarias): ¿por qué y cómo solamente estas propiedades? ¿Porqué y cómo la mente emerge del cerebro? Fundamentalmente este es el dilema de la “causación mental” ¿cómo el cerebro causa le mente? En general este es el dilema de las “propiedades de segundo orden”: ¿cómo las propiedades en un nivel causan propiedades en otro nivel?
John Searle (Quien cree que las mentes son características de alto nivel de los cerebros) admite la superveniencia en la medida que sea causal: los mismos estudios neurales son también los mismos estados mentales porque el previo causa el posterior. Searle reduce así la superveniencia a causalidad. Pero Kim no impone ninguna relación causal: la relación entre el estado mental y el estado neural es análogo a la relación entre la utilidad de un objeto y las características que lo hacen útil: aquellas características que no “causen” su utilidad, “constituirían” su utilidad.
Todos los hechos del universo dependen (y por lo tanto supervienen) en los hechos físicos, pero la naturaleza de tal “dependencia” no es trivial, según el filósofo Australiano David Chalmers. Las propiedades que son supervinientes al mundo físico pueden normalmente ser reducidos a la cosa misma (es decir en explicarse en términos de lo mismo), pero la conciencia no es verdaderamente superveniente a lo neural, y por lo tanto no puede ser supervenido a lo neural. La conciencia es hasta cierto punto superviniente a lo físico, pero (por naturaleza de su tipo de superveniencia) no puede ser explicado en términos físicos.

Monismo
Existe una obvia alternativa al Dualismo: el Monismo. De acuerdo al Monismo el cuerpo y la mente (materia y pensamiento) están hechos de la misma sustancia: los “idealistas” piensan que todo es mental, los “materialistas” piensan que todo es material. Así que el Monismo principalmente los divide entre idealismo y materialismo.
Pero la única sustancia de que todo está hecho puede también ser algo más que materia o mente.
El filósofo Danés Baruch Spinoza (siglo 17), por ejemplo, creyó que una única sustancia existía, y que “la” sustancia tenía dos propiedades: es consciente y tiene una extensión. Los individuos son parte de esta sustancia  y la cual en última instancia sería Dios. Dios es todo lo que existe (él es lo que es), y no hay nada que no sea Dios.
El filósofo Británico Bertrand Russel fue también un Monista de cierto tipo, porque él creía que todo en el universo está hecho de eventos espacio-tiempo los cuales no están hechos de lo físico ni de lo mental.

Idealismo
De acuerdo con el Idealismo, la mente es la única sustancia de lo que está hecha toda la realidad.
El filósofo Alemán  Gottfried Leibniz (siglo 17) creía que solo existían mentes. Los humanos no son los únicos que tienen mentes. Todo tiene una mente. Incluso la materia está hecha de mentes. Las mentes vienen en grados, empezando con la materia (cuyas mentes son muy simples) y terminando con Dios (cuya mente es infinita): La realidad es el set de todas las mentes finitas (o “mónadas”) que Dios ha creado. Todo tiene una mente. Esta extrema visión del idealismo es llamado “panpsiquismo”.
El filósofo irlandés George Berkeley (siglo 18) pensaba que todo lo que nosotros conocemos son nuestras percepciones, y cualquier concepto que podamos construir desde ellos ("esse est percipi"). Nosotros no podemos directamente saber que hay en el mundo externo. Solo conocemos el mundo interno de nuestras percepciones. Cuando hablamos de un objeto, hablamos de lo que vemos, escuchamos, probamos, tocamos, olemos: podemos hablar sobre algo que está dentro de nuestras mentes. Un objeto es una experiencia. Y el universo es un set de experiencias. En el fondo la única cosa que existe son las experiencias de nuestra mente.
En la década de los 20s el matemático y filósofo Británico Alfred Whitehead propuso que la vida mental ocurría en un campo de eventos protoconcientes. Sus unidades son similares a las mónadas de Leibniz, pero estas están limitadas en el tiempo, y por lo tanto es mejor pensarlas como “eventos mentales”. La vida mental es una secuencia de tales eventos que ocurren es este espacio mental.
Como los estudios cerebrales han probado que los sentidos nos presentan una visión ficticia del universo, y la física subatómica nos da demostrado que la materia son nubes de partículas flotantes, y la física cuántica ha declarado que la realidad está en última instancia en la mente del observador, y se ha convertido en algo tentador aceptar al idealismo. Si todo lo que vemos y escuchamos no es más que una ilusión, ¿cómo podemos pretender nosotros que en realidad hay “cosas” allá afuera? La única cosa que nosotros percibimos es que lo que los sentidos fabricaron para nosotros. Lo que nosotros llamamos “realidad” es el trabajo de nuestra mente. Si la física incluso predice que la realidad no puede ser “medida” sin un observador (como lo hace la mecánica cuántica), ¿cómo nosotros podemos pretender que la realidad existe independientemente de nuestra mente?
El problema con el idealismo es que uno no puede hacer mucho más que pretender ser un idealista. Una vez que se haya pretendido ser idealista, la realidad no puede ser usada para ser probada, ya que la realidad es una mera ilusión para nuestra mente. Todo es una ilusión, incluidas las cosas que uno podría usar para probar que esta declaración es verdadera o falsa.
La mayoría de los científicos creen en una forma leve de idealismo: los sentidos fingen la realidad, y la realidad necesita de un observador para convertirse en lo que es. Pero las sensaciones si relacionan a un mundo externo y las medidas si pueden medir en un mundo externo. Los sentidos y los cerebros simplemente alteran la realidad para que nosotros podamos movernos y sobrevivir en un mundo del que nosotros podemos comprender y manejar. Y la mecánica cuántica no prohíbe realidad de existencia, solo nos prohíbe de percibirla completamente.
La mayoría de científicos creen que la realidad que nosotros percibimos es de hecho una invención de nuestra mente, pero si corresponde a una realidad ahí fuera que existe sin importar de la existencia de la mente. 


Referencia bibliográfica: 
Disponible en linea: www.scaruffi.com/nature/c1s2.html