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viernes, 5 de abril de 2013

EL HAMBRE

El término hambre puede tener dos acepciones principales: en primer lugar, se utiliza para hacer referencia a la sensación que se experimenta luego de un determinado período desde el último consumo de alimento, variando esto con cada persona, con el tipo de alimentación que se lleve, con las condiciones específicas de la situación y con otros elementos.
En segundo lugar, la palabra hambre se usa en un sentido social y mucho más abarcativo en relación a la condición de extrema pobreza, miseria y desnutrición que sufre gran parte de la población mundial a causa de la falta de alimento.
Hambre
La sensación de hambre o de ausencia de alimento en el organismo es una de las sensaciones más básicas no sólo del ser humano si no de cualquier ser vivo. En este sentido, saciar ese vacío provocado por la falta de alimentos es lo que permite continuar de manera normal con nuestra existencia, considerándose a la alimentación una de las necesidades más primarias y vitales. Normalmente, se sostiene que el hambre suele aparecer de manera importante luego de cuatro horas desde la última comida, profundizándose esta sensación con el paso de las horas y con el mantenimiento de la falta de alimento. Sin embargo, ante situaciones no del todo comunes, la sensación ausencia de alimento y de hambre pueden aprender a tolerarse por períodos de tiempo más extendidos (aunque no eliminados).
Sentir hambre es principalmente el resultado de la acción que ciertas glándulas y sus sustancias (como el hipotálamo) provocan en nuestro cerebro. De tal modo, se envían señales al órgano cerebral que ponen en evidencia la necesidad de consumo de alimentos ante el deterioro (mayor o menor) de ciertas condiciones de ‘normalidad’.
Sin duda alguna, el hambre como concepto social y como pandemia, es hoy en día una de las problemáticas más graves de nuestro planeta. De acuerdo a los estudios realizados por las instituciones responsables en la materia (como la ONU), la desnutrición y el hambre son una de las principales causas de muerte en el mundo, situación que afecta a miles de millones de personas, como también a extensas regiones del planeta. Se evidencia así la desigualdad en el acceso a los alimentos, a los medios productivos y a la nutrición apropiada de acuerdo a las necesidades específicas de cada tipo de individuo. 
La sensación de hambre
El apetito es el deseo de ingerir alimentos y esta regulado por diferentes estructuras situadas en el cerebro. Estas estructuras o partes forman lo que se denomina centro del apetito, y sus componentes son el centro del hambre y el centro de la saciedad.
La sensación de hambre viene dada por la necesidad del ser humano de cubrir sus requerimientos energéticos. Cuando el centro del hambre se estimula, aparece la sensación de apetito, pero si por el contrario el estimulo llega al centro de la saciedad, el deseo de comer se detiene.

Quién controla las sensaciones?

El nivel de azúcar en sangre o glucemia, es el encargado de enviar esos estímulos y así regular la ingestión de alimentos, por lo tanto el bajo nivel de azúcar en nuestro organismo nos induce a comer. Un ejemplo de esto es la sensación de hambre previa al desayuno.
Es importante señalar que el estomago también es un regulador del apetito, dado que cuando permanece por un largo periodo sin recibir alimentos se contrae. Cuando el estomago se contrae, el deseo de comer se intensifica, mientras que cuando hay alimentos en su interior, la señal llega al centro de saciedad y así, dejamos de comer.
Toda la regulación del apetito se produce en el cerebro, y los diferentes estímulos sensoriales generan un impulso nervioso, que actúan sobre el centro del hambre apareciendo o eliminando el deseo de comer.
Pero puede ocurrir que ciertas lesiones cerebrales en los núcleos del hipotálamo, afecten al centro de la saciedad, y así se descontrola todo el mecanismo, la persona afectada presenta por ejemplo un apetito insaciable de carácter patológico, y por el contrario los estímulos psicológicos que actúan inhibiendo el centro del hambre hacen que la persona caiga en una anorexia nerviosa.

Otros factores que afectan la saciedad brunch bacon huevos jamon

El apetito también se ve influenciado por el clima, ya que en ambientes fríos aumenta el deseo de comer. Esto se debe a que mediante esa ingestión aumentada de comida, tomamos calorías que nos permitirán mantener la temperatura corporal.
Otro recurso que repetidamente se utiliza para reducir el apetito es el tabaco, que demás está decir que es sumamente perjudicial para la salud, dados todos sus efectos nocivos.
Señalemos un caso específico como la diabetes, la sangre presenta un elevado nivel de glucemia, pero ese azúcar no puede entrar en la célula, por acción de la insulina, entonces el centro de saciedad no recibe la información para detener la ingesta de alimentos. Es por ese mecanismo que los enfermos diabéticos presentan abundante apetito, pero cuando la diabetes esta controlada esa sensación de hambre desaparece.

Acostumbramiento a comer otra cantidad

Decíamos antes que el estomago regula el apetito cuando se encuentra vacío generando una contracción y en consecuencia sensación de hambre, ese malestar se mantiene durante varios días, pero pasado ese tiempo las molestias desaparecen, y no se tiene sensación de hambre.
Esta falta de hambre se produce porque nuestro organismo ha comenzado a consumir o utilizar sus reservas de azúcar, y cuando las agota, comienza a degradar las reservas grasas (lipólisis). Como producto de la degradación de las grasas se produce una sustancia llamada cetona la cual suprime el apetito. Es así que la sensación de hambre desparece y se puede sobrevivir cierto tiempo sin ingerir alimentos.
En muchas situaciones las personas toman medicamentos para poder regular el apetito. A estos fármacos se los denomina anorexigenos y ejercen su acción directamente sobre el centro de la saciedad, inhibiendo el apetito. Pero a la vez que desaparece el deseo de comer, provocan varios efectos secundarios puesto que estimulan al sistema nervioso central, aumentando la tensión arterial y la frecuencia cardiaca, incluso generando vómitos, nauseas, insomnio, etc.
Debido a las serias consecuencias de estos fármacos, una persona jamás debe automedicarse para conseguir un cambio en el peso corporal. Todo medicamento debe ser prescriptos por un médico.

La mejor forma para regular el apetito

La mejor y única forma eficiente de regular el apetito es respetar una dieta equilibrada y balanceada fraccionada en 5 tomas diarias: desayuno, a media mañana una colacion, comida, merienda y cena. De esta forma se regulará correcta y eficientemente el deseo de comer, ayudará a evitar el picoteo de alimentos (snacks) entre horas o la ingesta excesiva en una sola ración, quienes tienen como consecuencia un inevitable sobrepeso u obesidad.




Referencias Bibliograficas:

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